Consultorio empresarial

Bogotá.

El emprendimiento es una característica de la personalidad, que no se encuentra en todos los individuos, es una llama de entusiasmo que en algunos casos tendemos a confundir con el liderazgo.

La diferencia radica en que un líder surge por medio del reconocimiento del grupo y lleva a su equipo de trabajo a alcanzar las metas propuestas, mientras que un emprendedor está enfocado en identificar nuevas oportunidades y en la generación de beneficios económicos sostenibles. Pero el emprendimiento no se basa sólo en la creación de nuevas empresas. 

¿Cuáles son las ventajas de incentivar el emprendimiento en las empresas familiares?

Una de las principales ventajas de incentivar el emprendimiento al interior de la familia y la empresa, es contar con un nuevo tipo de fuerza laboral, enfocada en la innovación, en la creación y el emprendimiento, sin exponerse a perder elementos muy valiosos debido a que no cuentan con la oportunidad de implementar sus ideas de negocio. Esta propuesta termina convirtiéndose en un escenario ideal, en el que se ayuda a crecer a las personas y se crece junto a ellos. Probablemente si se implementa un modelo parcial en el que se le permite al gestor montar su proyecto, pero no acceder a un mejor nivel de ingresos, ni a las acciones de la empresa, no dará tan buenos resultados como en este caso. Otra de las ventajas para las empresas familiares, es que cada proyecto que se apoye, es porque tiene el potencial de convertirse en una nueva compañía, contrario a lo que pasa en las grandes firmas. Esta característica de las empresas familiares se explica en su interés de diversificar el riesgo en los negocios, debido a que en su mayoría, todo el patrimonio de la familia está invertido en la compañía, pero al tener negocios separados se están asegurando de no sufrir una crisis en caso de afrontar un problema en su negocio central.

¿Qué planes se deben implementar para motivar el emprendimiento al interior de las organizaciones?

Es necesario aclarar que el emprendimiento es una vocación. No todos tienen el potencial para ser emprendedores, eso es algo que se adquiere con el ejemplo, con formación académico-práctica y con los elementos que la vida le va aportando a cada persona. Es muy común que los fundadores le den a sus hijos las comodidades que ellos no tuvieron, evitándole así aprender algunas lecciones de la vida y tener aspiraciones distintas a las que le quiera facilitar la familia. Pero en aquellos casos en que existe la iniciativa por crear nuevos proyectos, se puede encontrar en la familia un gran cúmulo de competencias que sólo están presentes en las empresas familiares, como la red de contactos, el apoyo emocional, la experiencia y el apalancamiento financiero de la familia. Es por eso que si queremos que nuestros hijos sean emprendedores, debemos ir enseñándoles de acuerdo a la edad.

¿Qué recomendaría enseñar a los hijos según su edad para promover que sean emprendedores?

Por ejemplo, de los seis a los diez años de edad se les puede enseñar a los hijos a obtener ideas, plantearse objetivos, buscar múltiples soluciones a un problema y aprender a tener tolerancia al fracaso. Con los niños es necesario reforzar los valores que les queremos transmitir y usar moderadamente los incentivos materiales.

De los 10 a los 14 años hay que fomentar el desarrollo de la identidad individual, demostrar confianza y asignar tareas y responsabilidades. En esta etapa se pueden inculcar los principios básicos de los negocios, los valores que guían el funcionamiento de la empresa, desarrollar el sentido de pertenencia por la empresa de la familiar y sobre todo infundir una visión colectiva de la familia hacia la empresa. De los 14 a los 21 es importante orientar, pero también fomentar la responsabilidad y libertad personal, tratando de disminuir al máximo los costos de los primeros proyectos. De los 21 a los 28 se debe dar mayor educación sobre negocios, mayor independencia y permitirles participar en decisiones estratégicas de alto nivel y en la estrategia. Entre los 28 y los 35 años es recomendable que tengan su propio negocio, pero como parte del grupo familiar, donde sea claro para todos que la familia busca fortalecer su patrimonio a través del trabajo en equipo, uniendo fuerzas y diversificando el riesgo. 

¿Cuáles son los espacios ideales para promover el emprendimiento en este tipo de compañía?

Al interior del Consejo de Socios, como órgano de gobierno patrimonial; la familia empresaria puede generar los espacios para promover la creación de planes de negocios que incentiven a los miembros familiares que cuenten con ideas innovadoras, a través de créditos, fondos, o el estableciendo del comité de nuevas aventuras empresariales donde se presenten las iniciativas que puedan surgir de los diferentes miembros familiares; y se estructuren adecuadamente. Por otro lado, desde el Consejo de Familia también se puede fomentar el emprendimiento de las nuevas generaciones a través de la incorporación de nuevas tradiciones, por ejemplo, en lugar de darles mesada a los niños, se les puede apoyar para que inicien un pequeño negocio, como la fabricación de chocolates y su posterior venta a los tíos, primos y abuelos. Estas y otras ideas que impulsen el espíritu emprendedor en los miembros de la familia.

¿Es totalmente necesario trabajar en este aspecto para fortalecer el crecimiento de las firmas familiares?

El emprendimiento es totalmente necesario en cualquier empresa, ya sea para renovar los productos de la compañía que por tradición pertenece a la familia o para incursionar en nuevos proyectos dentro de la empresa. El emprendimiento no significa necesariamente que sus hijos dejen de lado la empresa familiar y construyan sus propias empresas. Teniendo en cuenta que los entornos cada vez son más dinámicos y competidos, el emprendimiento se convierte en una herramienta fundamental para que esa empresa que se construyó para la familia pueda tener continuidad por varias generaciones. Hay que tener en cuenta que las empresas fracasan porque no pueden adaptarse a su entorno. El emprendimiento es una alternativa muy eficiente de formación para los futuros líderes de la empresa familiar, pues muchas de las empresas fracasan en el traspaso de una generación a otra debido a que heredan un negocio funcionando, pero sin la experiencia y el olfato que ganó el fundador con sus éxitos y fracasos.