Fuente: www.finanzaspersonales.com.co

Solo el 34% de la población ocupada está haciendo sus aportes a pensión. En un país con niveles de pobreza del 47% y con el 60% de empleo informal, no se le puede pedir a la gente que cotice.

El sistema pensional no solo se ha constituido en un problema para las finanzas públicas de la Nación, el bolsillo de muchos colombianos también ha resultado lesionado.

En la actualidad, solo el 34% de la población ocupada en el país está cotizando a pensión. La cobertura del sistema es realmente baja.

¿Qué es lo qué está pasando?

Son varios los factores que explican este problema.

En un país con niveles de pobreza del 47% no se le puede exigir a la gente que cotice a pensión, afirma Óscar Rodríguez, profesor de la Universidad Externado de Colombia.

La composición del empleo en el país tampoco permite aumentar los niveles de cotización, por el contrarío está ayudando a que las personas dejen de cotizar.

Cerca del 60% de los trabajadores colombianos está en la informalidad, lo cual implica que ellos mismos son lo que tienen que hacer la totalidad del pago de su seguridad social. Los informales, que en la mayoría de los casos tienen bajos ingresos,  no hacen aportes a pensión porque no les alcanza.

La baja cobertura del sistema también se explica por la terciarización del mercado laboral. Un número nada despreciable de personas están contratadas por prestación de servicios. Este grupo no cotiza por falta de cultura de seguridad social y de confianza en el sistema pensional, dice Rodríguez.

La flexibilización del mercado laboral ha llevado a que se pierda parte de la responsabilidad compartida que tienen los trabajadores y el empleador en lo que tiene que ver con los pagos a seguridad social (pensión y salud).

El grupo conformado por los trabajadores informales y los independientes tienen un problema mayor, y es la falta de continuidad laboral. Es un sector bastante susceptible a perder su fuente de ingresos. Así, que su principal temor, es que no alcanzarían a cumplir el número de semanas cotizadas que exige la ley, y si lo hacen, probablemente su mesada pensional sería muy baja (en particular, en el régimen de ahorro individual, donde el cotizante asume el riesgo financiero de sus aportes).

Por ello, los independientes, en muchos casos, prefieren adoptar otras estrategias de ahorro para su vejez, distintas a la pensión.

Rodríguez denomina este fenómeno como la ‘cultura del segundo piso’, del que hacen parte todas aquellas personas que tienen su propia casa y cuando consiguen recursos, ya sean ahorros o créditos, tiran el segundo piso. El primero lo arrienda y en el segundo vive.

Esta conclusión se extrae de un ejercicio de observación. En efecto, la arquitectura de los barrios populares, se caracteriza por el alto número de casas de dos pisos. El barrio 20 de julio en Bogotá, es un ejemplo.

Por un problema de ingresos, la mayoría de informales no hacen aportes a pensión.

Tomado de: https://www.finanzaspersonales.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=725