Fuente : www.portafolio.com.co

Para crear cerca de 625.000 puestos de trabajo por año es necesario que el Producto Interno Bruto crezca mínimo al 6 por ciento anual, con desarrollo agrícola e industrial.

 

Al cumplirse 100 días de la administración Santos, las primeras medidas revelan que el Gobierno tiene una mejor perspectiva en relación con los problemas y desafíos que se le presentan. Con la recuperación del clima de diálogo con los países vecinos, Venezuela y Ecuador, la actividad industrial recupera el espacio de sus mercados naturales de exportación y, en consecuencia, las sinergias entre crecimiento y empleo, como objetivos de la política económica.

 

Se aspira a generar 2,5 millones de empleos y a formalizar el trabajo de 500.000 colombianos, que provendrán de fortalecer la actividad industrial y del desarrollo de programas de construcción de vivienda social e infraestructura, donde se genera el mayor dinamismo de corto plazo. Lo demás es esperar su efecto expansivo y multiplicador al resto de la economía.

 

Crear empleo es una prioridad de la política económica y debe ser el resultado de la transformación en la estrategia de crecimiento. El mayor empleo se genera en actividades como agricultura, industria y servicios conexos del turismo, las comunicaciones y el mantenimiento del equipo de transporte, y del equipamiento doméstico e industrial.

 

Meta factible

 

El reto del país, en materia de generación de empleo, es elevado y la propuesta de 2,5 millones en el próximo cuatrienio es ambiciosa, pero factible. Actualmente tenemos una de las tasas de desempleo más elevadas de América Latina (10,6 por ciento).

 

Desde hace 15 años se encuentra en valores de dos dígitos, lo que representa tener una población superior a los 2,5 millones en situación de desempleo absoluto, al mismo tiempo que hay 7 millones más en situación de subempleo o insatisfacción con el trabajo que realizan. Eso significa tener 9,5 millones de personas que no utilizan óptimamente su capacidad de trabajar.

 

Si a esto se le agrega que de aquí al 2014 se van a incorporar alrededor de 1,5 millones de personas adicionales al mercado de trabajo, simplemente por razones de tránsito demográfico, surge la necesidad de pensar en oportunidades laborales para 4 millones de personas y en la necesidad de mejorar la calidad del trabajo para otros 7 millones.

 

La meta del Gobierno está pensada en el universo actual de desempleados y no en la población que se vinculará próximamente. Sin embargo, si ella se llegare a cumplir, en el 2014 tendríamos una tasa de desempleo próxima al 7 por ciento, que se convertiría en un récord nacional.

 

Formas informales

 

El tema es más complejo, porque de lo que se trata es de darle fuerza legal al trabajo informal de colombianos a quienes se les ha excluido deliberadamente de la formalidad. En esta situación se encuentran dos grupos de personas:

 

a. Los trabajadores y empleados de empresas particulares que tienen contrato, pero que no se les cumple con los principios del trabajo decente, es decir, se les excluye de algún derecho, y en particular no se les afilia al sistema de seguridad social. En esta situación se encuentran 310.000 trabajadores de pequeñas, medianas o grandes empresas, y 954.000 trabajadores de micro empresas.

 

b. Los trabajadores clasificados como independientes, pero que en realidad desempeñan un trabajo equivalente y se les desconoce su situación laboral. Este grupo de ‘independientes involuntarios’ está conformado por aquellos que trabajan en las nóminas paralelas del Estado, son enganchados por empresas con contratos no laborales, o están integrados a cooperativas de trabajo asociado. Suman poco más de un millón de personas en áreas urbanas.

 

Habría más trabajo precario e informal

 

La meta del Gobierno se puede obtener con métodos de precarización del trabajo, como se hizo en los dos gobiernos anteriores, durante los cuales, a falta de trabajo formal y decente, los colombianos tuvieron que recurrir al rebusque. Es necesario que esa meta de empleo no esté más en la precariedad y el rebusque, sino que sea la consecuencia de una estrategia productiva.

 

Mejorar la calidad del empleo es el complemento de la propuesta del Gobierno, con una meta de formalización para medio millón de colombianos. Esa cifra es muy limitada y no promete mucho desde cualquier óptica en que se mire:

1) Si se trata de los actuales subempleados o de personas insatisfechas con su trabajo, el proceso de formalización o mejora de su empleo solamente cubriría al 8 por ciento y dejaría para más adelante la solución del problema.

2) Si se trata de los actuales informales, 58 por ciento en empresas donde trabajan más de 10 personas y 52 por ciento cuando se reduce a empresas con menos de 5 personas, esa meta sólo reduciría la informalidad urbana en 5 puntos adicionales, bajándola al 53 ó al 47 por ciento, según sea la medida utilizada.

3) Si se trata de los actuales trabajadores urbanos no cubiertos por la seguridad social contributiva (58 por ciento según el Dane), la meta solamente tendría un impacto positivo sobre el 5 por ciento de los ocupados. Por lo tanto, en el 2014 el 53 por ciento de trabajadores no estarían cubiertos por la seguridad social.

Tomado de : https://www.portafolio.com.co/negocios/administracion/calidad-del-empleo-una-tarea-pendiente-del-gobierno-_8301280-3