Fuente: https://www.cronicadelquindio.com/noticia
Tercera entrega sobre el impacto de la obra en Calarcá. Ni siquiera réditos de tipo económico contempla el alcalde de Calarcá, Carlos Enrique López Murillo, que pueda obtener de las obras de construcción del túnel de La Línea.
El mandatario narró como con el anuncio de que se adelantaría el megaproyecto de infraestructura vial se habrían creado falsas expectativas de ingresos para la segunda municipalidad del departamento.
“El primer año asistí a una reunión con varias entidades en las que fui muy claro de que no participaría del comité para la generación de empleo por la baja incidencia de nosotros como autoridades en el tema de la contratación. La idea era que las hojas de vida sólo pasaran por nuestras manos mientras que el contratista decidía a quién contrataba. Con todo respeto lo digo: no soy el payaso de nadie”, aseguró.
La situación la ejemplifica con lo sucedido con los volqueteros de la ciudad, que luego de tener conocimiento de las exigencias requeridas por ley y con los requisitos ya cubiertos, se contactaron con los contratistas para obtener una respuesta negativa al haber sido contratados ya estos vehículos en otras regiones del país.
Agregó que igual situación se presenta con otras actividades porque incluso en los campamentos y restaurantes puestos por personas de otras regiones del país se pierde la demanda que pudo haberse cubierto en la localidad.
La versión coincide con la de una fuente que pidió la reserva de su nombre pero que ha estado directamente relacionada con los trabajos: el túnel, considerado estratégico para la competitividad del país, estaría siendo construido por un pequeño porcentaje de personal idóneo, mientras que la mayor parte de la nómina correspondería a mano de obra no calificada.
“No tenemos una cifra de cuántos calarqueños trabajan en la obra, creemos que las cifras que nos han dado no son ciertas y lo que uno conoce a diario son dos condiciones: despedidas porque se acaba el contrato o enfermos, debido a presuntas inconsistencias en la seguridad industrial”, explicó al respecto el burgomaestre.
Y aunque en este tema declara no contar con un conocimiento apropiado, del otro lado de la montaña, en Cajamarca, este hecho ya derivó en una denuncia formulada por el personero del municipio de Cajamarca, Diego Valencia, quien en entrevista con RCN Radio reiteró las supuestas fallas de los requisitos de seguridad mínima.
La percepción la repitió también el secretario de Infraestructura de la municipalidad tolimense, Luis Eduardo Acero, quien declaró a La Crónica del Quindío que “no hay una auditoría en la idoneidad de los trabajos correspondientes al acarreo de material de excavación, aunque luego de interponer un derecho de petición a Invías pareciera haber mejorado la situación”, afirmó.
La situación pareciera no mejorar en el momento de proyectar a futuro la dinámica económica de la localidad. Según López Murillo, a este panorama se debe sumar también la resistencia del gobierno nacional a la construcción de la doble calzada entre el municipio y La Paila, en el Valle del Cauca, tramo que de acuerdo con las palabras del ex ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, no habría sido incluido en los diseños o el presupuesto.
“Este tema parece de Ripley. Durante el gobierno anterior hablé dos veces con este ministro en el Palacio de Nariño y siempre obtuve respuestas insólitas, del tipo “eso vale mucha plata, es mejor que le pida a Dios”. Es increíble que responda así al referirse a una obra de la Nación y vinculada a un macroproyecto nacional que conduce hacia Venezuela. Ahora llegó nuevo gobierno y hablé con su sucesor, Germán Cardona, incluso antes de que se presentara la crisis originada por el invierno y la respuesta fue muy similar, que no había plata y que tampoco tenía la intención de invertirle”.
Añadió: “Incluso en varias ocasiones el senador Carlos Alberto Baena le ha solicitado al titular de la cartera en comisión sexta que tome cartas en el asunto y salió con que había que mirar cuánta plata ponía el departamento y cuánta el municipio, pero no tienen en cuenta que el proyecto no es del orden territorial sino nacional”.
La preocupación del mandatario es clara: el cuello de botella que se formará en Calarcá, afectando la movilidad, probablemente convirtiéndose en un foco de delincuencia.
“Hace dos años propuse al ministerio y a Invías que nos financiara la construcción de una obra en el sector de Versalles en la que la alcaldía aportaría el predio, para manejar el flujo de otra manera con un corredor vial distinto y donde se estableciera un centro integrado de transporte de carga en el que se prestara una atención debida al mulero, además de una serie de convenios con petroleras y la respuesta fue negativa”.
Con evasivas, respondió por otra parte la dirección territorial de Invías ante la solicitud de la administración local para que le indicara por donde podría pasar la doble calzada en el momento de desarrollarla, para determinar un uso de suelo industrial de predios que estén adyacentes a la obra, y así establecerlo en el Plan Básico de Ordenamiento Territorial, Pbot.
“Cuando quisimos actualizar este documento nos fue imposible situar los futuros desarrollos en este aspecto por la falta de voluntad de esta entidad”.
Agregó: “Esto apuntaba a la concreción de un negocio que se ha conversado con la Sociedad Portuaria de Buenaventura y que pretende cubrir la creciente demanda de esta ciudad. la cual presenta ya una saturación en esta materia. Ellos quieren adelantar en Calarcá un complejo de transbordo de mercancía que además ayudaría a reducir los costos del transporte y nos ayudaría como municipio a generar plazas de empleo, lograr una relevancia en el mapa vial del país y originar un desarrollo económico como ciudad enfocada a la logística con una visión a 20 años”.
Ante las acusaciones que el mandatario ha hecho y que han sido publicadas en tres entregas sucesivas, correspondientes a temas ambientales, sociales y económicos, La Crónica del Quindío se ha contactado con la dirección territorial de Invías en el Quindío, la cual se negó a dar declaraciones por estar su director encargado, Carlos Fernando Méndez, en proceso de empalme.
De la misma manera, el ex director territorial de la entidad, Juan Carlos Sánchez se negó a hablar del tema y se limitó a definir en un comunicado su punto de vista sobre sus diez años a cargo de la institución en el ente territorial.
También se contactó por vía telefónica a la oficina en Calarcá del consorcio Segundo Centenario, sin que se obtuviera respuesta alguna. Esta actitud parece confirmar lo que varias autoridades y empresarios de la región señalan de las autoridades del orden nacional respecto al tema.
López Murillo describe la situación con una afirmación clara: “el manejo de la construcción del túnel de La Línea parece una república independiente, está en territorio de Calarcá pero no importa el municipio ni el departamento. Hablo con el alcalde de Cajamarca, quien me dice que nos unamos, y cuando empieza a narrarme los hechos, me doy cuenta que estamos en las mismas condiciones”.
La percepción es compartida por el secretario de Infraestructura departamental, Juan Manuel Valencia, quien en el artículo publicado por este medio el pasado 9 de febrero sobre la convocatoria de la Mesa de la Construcción y la Infraestructura, MCI, declaró: “es sabido que la obra ha estado mal manejada y que ni siquiera rinden informes. Es el momento de que tengamos un sentido de pertenencia y nos apropiemos del tema”.
Por el momento habrá que esperar hasta el 28 de febrero, fecha límite establecida por Mintransporte para que el contratista demuestre el cumplimiento en la programación de las obras. Mientras tanto, para el mandatario calarqueño, la experiencia deja un amargo sabor de boca que debe ser tenido en cuenta a futuro.
“Este caso nos enseña algo con las grandes obras, que nos sirve de advertencia para lo que quiere el gobierno nacional con la parte minera, que es más grave aún: no sabemos qué tiene que hacer un alcalde para que no se lo ‘trague’ el gobierno nacional, disponga del territorio como quiera y traiga efectos negativos que terminan heredando nuestra gente”, concluyó.
