Andrés Felipe Giraldo, gerente de la cadena de restaurantes Wingz, también aplaude la iniciativa de la Dian de poner en cintura a quienes operan en la informalidad.

“¿Qué sueños tiene usted”?, le preguntó el gerente del restaurante Wingz a una madre cabeza de familia que estaba entrevistando para un empleo como mesera.
 

“Tres sueños: conocer el mar, tener una moto para no pagar tanto en transporte y tener mi casa propia”, contestó la mujer.
 

Cinco años después, Andrés Felipe Giraldo, gerente general y fundador de la cadena Wingz, especializada en alas de pollo, asegura que la mujer logró lo que se había propuesto gracias a un empleo con contrato a término indefinido, con todas las prestaciones de ley, más propinas.
 

“Es que uno no puede hablar de responsabilidad social de dientes para afuera, sin tener en cuenta lo que sucede en nuestra propia casa”, comenta Giraldo, cuya compañía apoya con recursos en dinero a varias fundaciones de jóvenes en Pereira, la ciudad donde nación Wingz.
 

Respecto de la iniciativa de la Dian, de hacer que todos los restaurantes retengan IVA, el empresario es categórico en aplaudirla: “Es que no se justifica que un funcionario de la Dian mire con lupa mis estados contables, mientras que en varias cuadras a la redonda hay restaurantes que ni siquiera aparecen en los listados de la entidad y por ende no pagan impuestos ni son controlados”, explica este empresario pereirano, quien arrancó con Wingz hace cinco años y ya cuenta con seis restaurantes en cuatro ciudades del país, como son Pereira, Bogotá, Manizales y Cali.
 

Wingz es un restaurante temático que hace homenaje a la década de los 80: “Es un sitio donde padres e hijos pueden pasar un rato agradable y donde se revive la generación de la mayoría de colombianos en edad productiva, como son los 80”, dice el propietario de esta cadena de restaurantes.
 

La compañía se ha ido consolidando con los años, pues en el 2009 creció 55 por ciento respecto del año anterior, mientras que en el 2010 registró un crecimiento del 122 por ciento y, en el 2011, incrementó su porcentaje de ventas un 31 por ciento.
 

“La meta es abrir puntos de venta en toda Colombia y crecer 32 por ciento este año, un gran reto pero muy alcanzable”, señala Giraldo.
 

En la actualidad, la empresa emplea a 150 personas de manera directa y brinda oportunidades de trabajo a otras 150 personas de forma indirecta: “Cuando comenzamos con este negocio éramos mi esposa, 10 empleados y yo”, asegura Giraldo, al tiempo que se enorgullece de la labor que ha hecho para mantener a sus empleados felices y productivos: He visto muchas historias de vida entre mis colaboradores, una de ellas es la de una de nuestras meseras, quien después de trabajar en restaurantes de la ciudad toda su vida, estaba muy agradecida cuando por primera vez tuvo vacaciones pagadas por esta empresa, un hecho que no solo la alegró a ella, sino también a nosotros”, recuerda el empresario.

Tomado de: Portafolio.co