Así lo revela el informe “Las tendencias mundiales del empleo juvenil” de 2013, que fue presentado hoy por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, donde tiene su sede principal.
Además de aportar datos actualizados sobre el desempleo entre los jóvenes (19-25 años), la gran novedad del estudio es el análisis que ofrece sobre la forma en que aumenta el desfase entre las habilidades y niveles de formación -cada vez mejores- de este grupo y los puestos de trabajo.
En Europa, este problema afecta a hasta un tercio de empleados de todas las edades, según han establecido los autores del informe. Según la OIT, ese desfase en los mercados de empleo juvenil “se ha convertido en una tendencia persistente y creciente”.
Estudios recientes han determinado que en Europa de un 10 % y hasta un tercio de los empleados están sobrecualificados para el trabajo que realizan. En el extremo opuesto hay un 20 % de trabajadores que están infracualificados con respecto a lo que requeriría su labor.
Más allá de la crisis económica en sí es la extrema lentitud de la recuperación la que está prolongando la difícil situación de los jóvenes y les obliga a ser “menos selectivos en el tipo de trabajo que están dispuestos a aceptar, a recurrir a empleos temporales o a tiempo parcial”.
Con 12,6 por ciento o 73,4 millones de jóvenes buscando empleo, la tasa de paro juvenil duplica la mundial de desempleo (el 5,9 por ciento). La cifra implica 3,5 millones más de jóvenes parados desde 2007 y 800.000 adicionales en relación a 2011. En general, los jóvenes tienes tres veces más posibilidades de estar desempleados que los adultos.
Para los expertos de la OIT, la preocupación se centra en tres regiones: las economías desarrolladas, la Unión Europea, Oriente Medio y el norte de África. En todas ellas, la crisis del empleo entre los jóvenes no ha parado de agravarse desde 2008, con un incremento que casi llega al 25 por ciento (2 millones más) en las naciones desarrolladas y el bloque europeo, que tienen una tasa de desempleo del 18,1 por ciento.
En ambos casos, esa tasa no bajará del 17 por ciento antes de 2016, según las proyecciones del organismo técnico de Naciones Unidas. Los jóvenes españoles y griegos son los que enfrentan las perspectivas más sombrías, con más de la mitad de la juventud económicamente activa en situación de desempleo.
A todo esto hay que agregar que la tasa de desempleo juvenil en Europa y el resto de economías industrializadas no considera a aquellos jóvenes que, ganados por el desaliento y la frustración, han decidido renunciar a la búsqueda de un empleo.
La OIT considera que la tasa de “desaliento” afecta al 3,1 por ciento de jóvenes en edad y condiciones de trabajar, y hace hincapié en que si se tomase en consideración a este grupo, el desempleo juvenil en ese grupo de países llegaría al 21,2 por ciento.
Desde 2008, la proporción de gente joven que no trabaja ni estudia aumentó un 2,1 por ciento y ha llegado a representar cerca de un 16 por ciento de la juventud desempleada en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Como consecuencia “uno de cada seis jóvenes ni trabaja, ni estudia, ni está en formación”, según la OIT.
Esto guarda relación con el hecho de que la duración del desempleo ha ido en aumento. En al menos diez países europeos, más de la mitad de jóvenes desempleados está buscando trabajo desde hace más de seis meses.
DESEMPLEO JUVENIL ESTABLE EN LATINOAMÉRICA A PESAR DE LA CRISIS ECONÓMICA
“La crisis tuvo un gran impacto al aumentar el desempleo juvenil en Latinoamérica entre 2009 y 2010, pero la tasa disminuyó rápidamente por la adopción de buenas políticas”, dijo Theo Sparreboom, uno de los autores del informe “Las tendencias mundiales del empleo juvenil” en 2013. Sparreboom sostuvo que la disminución del desempleo juvenil se consiguió “a pesar de los débiles síntomas de recuperación económica en Europa y los países desarrollados”.
El desempleo de los jóvenes aumentó de un 13,5 por ciento en 2008 a un 15,4 por ciento en 2009, pero en el último año cayó hasta al 12,9 por ciento, indican los datos proporcionados en el informe. Como consecuencia, América Latina y el Caribe forman una de las contadas regiones -junto con al sudeste asiático y los países europeos fuera de la Unión Europea- que no ha visto aumentar su tasa de desempleo juvenil en los dos últimos años.
“Se espera que esta tendencia positiva continúe y que el desempleo entre los jóvenes no supere el 13,6 por ciento en los próximos cinco años, una cifra mucho inferior a los niveles de 2003, cuando se situaba en el 17,6 por ciento”, recordó el experto. Sin embargo, el informe explica que los jóvenes no se han beneficiado plenamente de las mejoras laborales y sociales que se han producido en Latinoamérica, ya que el desempleo más 2,8 veces más importante entre los jóvenes que entre los adultos.
En este sentido, Sparreboom consideró que los jóvenes sólo podrán beneficiarse del crecimiento económico en América Latina a través de políticas específicas en su favor. Por otro lado, como ocurre en el resto del mundo, en Latinoamérica también existe un desfase entre el alto nivel de preparación de los jóvenes y los puestos de trabajo de inferior cualificación que ocupan.
Tomado de: Portafolio.co