Todos esperamos que pronto Venezuela empiece a solucionar sus dificultades y pueda avanzar por la senda del crecimiento económico, el cual traiga consigo el bienestar social deseado para el pueblo venezolano. Pero se plantea un gran interrogante sobre el futuro de los ciudadanos en un periodo de tiempo mayor, particularmente con los pensionados, asociado con el poder adquisitivo de las jubilaciones y la cobertura del sistema pensional en esa nación.

Según las cifras del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), el país tiene 2’600.000 pensionados, con una población de 30 millones de habitantes, esto significa una cobertura pensional aproximada del 10 por ciento, la cual es baja comparada con varios países de la región. Dicha cobertura, sumada con la disminución en 1 por ciento de los aportes de los trabajadores al sistema de pensiones, entre 1995 y 2006, hace que la situación requiera especial atención.

Analicemos los principales retos que tiene Venezuela en materia pensional, en siete aspectos fundamentales:

1. Esperanza de vida: de acuerdo al informe del Banco Mundial (World Development indicators: Mortality, 2012), la esperanza de vida de un venezolano es de 74 años y seguirá aumentando. Esto significa que cada vez los jubilados vivirán más y, por ende, se les deberá pagar por un periodo de tiempo mayor. Es un gran desafío para el Estado y la sociedad en su conjunto porque se trata de la calidad de vida del adulto mayor, lo cual tiene impacto directo sobre el presupuesto de las naciones.

2. Venezolanos aportantes: el número de personas aportando al sistema sobre los individuos ocupados es del 40 por ciento (BID-2010), porcentaje inferior con respecto a países como Argentina, Panamá, Brasil, Chile y Uruguay, que están entre 50 y 70 por ciento de cotizantes sobre personas ocupadas. El desafío en este aspecto radica en la capacidad del Estado de financiar el pago de las jubilaciones en las próximas décadas, en este caso particular por parte del IVSS.

3. Valor de las cotizaciones y la financiación del sistema general de pensiones: el valor de la cotización está en promedio en 13 por ciento del salario o ingreso declarado. En promedio, el patrono paga el 9 por ciento y el trabajador el 4 por ciento. Es pertinente anotar que existen diferencias en la cotización en razón si las personas hacen parte de asociaciones cooperativas y entidades gremiales, etc.El reto con el valor de la cotización estará dado por la necesidad que tendrán las naciones de aumentar las cotizaciones para poder financiar el pago de las jubilaciones. O en su defecto, destinar mayores recursos del presupuesto del Estado en el pago de pensiones, posiblemente en detrimento de otras partidas hacia el campo o la educación básica.

4. Venezuela tiene cuatro tipos de pensiones: incapacidad, vejez, invalidez, sobrevivencia (muerte) y la adjudicación de un valor adicional por ‘contraer nupcias’. Es muy posible que a futuro tengan que revisar el alcance de las coberturas otorgadas, porque cubrir los estos riesgos pensionales exigen cada vez mayor cantidad recursos. Si a esto agregamos en el análisis variables técnicas como el aumento en la expectativa de vida y el reto de la cobertura, se hará mucho más costoso cumplir con las obligaciones pensionales por parte de el Estado.

5. La inflación y el aumento de las pensiones: el Gobierno decretó en enero del 2014 un incremento del 10 por ciento en la pensión mensual, pero ante una inflación estimada superior al 50 por ciento, lo que vive el pensionado es una reducción real de su ingreso, con un elemento que empeora la situación del jubilado y es la baja probabilidad de encontrar otros ingresos en su edad adulta. El reto aquí será reducir la inflación, buscando, en este caso específico, garantizar el nivel adquisitivo de la pensión.

6. Presión fiscal: el pago de pensiones se está convirtiendo en una gran preocupación para los países por el alto costo que implica y el peso que tiene sobre el PIB. Y en el caso de Venezuela es mayor por el ciclo económico que atraviesa esa nación.

7. Capacidad de generar empleo para sustituir los aportes a la seguridad social: en Venezuela ha disminuido el número de aportantes a la pensión, esto sumado al incremento de emigrantes hacia países, se traduce en una reducción significativa de ingresos al sistema de pensiones. El esfuerzo debe centrarse en aumentar el empleo formal para que más personas aporten a seguridad social, buscando tener mayor equilibrio matemático del modelo pensional.

En mi opinión, el desafío de Venezuela en materia pensional no es distinto al resto de países de Latinoamérica y se resume en diseñar mecanismos de protección al adulto mayor, aumentar la cobertura pensional, incrementar el número de aportantes a través de la formalidad laboral y así apuntar a tener un sistema pensional sostenible en el tiempo para las próximas generaciones.

La reducción de beneficios excesivos y la generación de empleo son dos acciones concretas que pueden contribuir al logro de lo anterior, pero a su vez los mayores retos para esa nación.

Marcelo Duque Ospina
Director Cómo me pensiono.

Tomado de: https://www.portafolio.co/opinion/las-pensiones-venezuela-0