El presidente Juan Manuel Santos desmontó este lunes la polémica que se dio alrededor de la posibilidad de buscar una reforma constitucional para una reelección presidencial por dos años o extender su mandato a seis años.

En medio de las agudas críticas que recibió el Jefe de Estado desde varios sectores políticos y los círculos de opinión del país, Santos en carta enviada al presidente del Senado, Roy Barreras Montealegre, le bajó el tono a la ‘pelotera’.

“Conoce mi talante, y sabe que jamás, jamás, me prestaría a sugerir una reforma constitucional en beneficio propio; todo lo contrario”, indicó el mandatario.

Además, Santos escribió en su misiva a Barreras que “si me presento a la reelección estaría dispuesto a que se me recortara el segundo periodo a dos años”.

Igualmente, admitió que pensó equivocadamente, al parecer, que una iniciativa para ampliar el periodo o la reelección de dos años sería de buen recibo por todos.

Finalmente, Santos aclaró que nada tiene que ver el proceso de paz con la posibilidad de lanzarse a la reelección para los comicios presidenciales de 2014.

“Sigo pensando hoy más que nunca que para ser exitoso en este proceso debe durar meses y no años”, señaló.

Carta presidencial

Más tarde se conoció el texto de la carta enviada este lunes por el presidente de la República, Juan Manuel Santos, al titular del Congreso, senador Roy Barreras:

“Bogotá D.C., Abril 22 de 2013

Honorable Senador

Roy Barreras

Presidente

Congreso la República

Ciudad

Apreciado Señor Presidente:

El viernes por la noche usted y yo escuchamos el viejo clamor unánime de los alcaldes del país para ampliar sus periodos. Esta aspiración la he considerado válida desde hace tiempos por diversas razones. También considero que sería conveniente que los períodos de los alcaldes y gobernadores coincidieran con los del presidente para facilitar la ejecución de los respectivos planes de desarrollo, que tendrían la misma extensión y podrían así ganar mayor coordinación y eficiencia. La experiencia así lo demuestra.

En ese orden de ideas sugerí que esa iniciativa, la de extender y unificar los periodos, la llevaría a la mesa de la Unidad Nacional, SIEMPRE Y CUANDO se eliminara la reelección. También agregué que POR NINGUN MOTIVO aceptaría que se ampliara mi periodo o que hubiese algún cambio que me beneficiara.

El país y usted conocen mi talante y saben que JAMÁS, JAMÁS, me prestaría a sugerir una reforma constitucional en beneficio propio. TODO LO CONTRARIO. Dije que, si me presento a la reelección, estaría dispuesto a que se me RECORTARA el segundo periodo a dos años para iniciar a partir de ese momento –y con otro presidente– periodos de seis años sin reelección.

Estoy convencido de la conveniencia de las tesis que sustentan esta posibilidad: no reelección con periodos más largos y coincidentes. Pensé, EQUIVOCADAMENTE AL PARECER, que una iniciativa de esta naturaleza sería de buen recibo por todos, incluyendo la oposición, pues no implicaba la prórroga automática de mi mandato sino que, en cualquier caso, demandaría el concurso del pueblo colombiano a través de elecciones. Pero así no ha sido entendido por muchos.

Como soy el primero en considerar que el país lo que necesita son iniciativas que nos unan en lugar de dividirnos, considero que sería inconveniente dar trámite en el Congreso, en este momento, a cualquier iniciativa de esta naturaleza y que se debe dejar tan necesario debate para después de elegido el próximo gobierno.

Quiero aprovechar la oportunidad para aclarar que esta discusión NADA tiene que ver con el proceso de paz. Sigo pensando, hoy más que nunca, que para ser exitoso este proceso debe durar meses y no años. En el día de hoy el equipo negociador del Gobierno ha viajado a La Habana con precisas instrucciones mías de avanzar con mayor celeridad en los acuerdos que allí se discuten.

Me reafirmo en lo dicho ante alcaldes y gobernadores en el sentido de que considero válida la aspiración de que los mandatos de las autoridades territoriales sean más largos, pero ciertamente las circunstancias políticas, legales y constitucionales aconsejan que esta reforma se tramite en un tiempo que no coincida con la época pre-electoral y, sobre todo, sin que se entienda que se hace en beneficio propio del Presidente de la República.

Tomado de:elespectador.com