Compara que mientras en latinoamericana los gobiernos nacionales y subnacionales recaudan en impuestos 17,5% del PIB, en Europa Oriental es de 24,1% y en los 32 países miembros de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) es de 25,4%

 

Dice, por ejemplo, que sólo 10% de la población latinoamericana paga el impuesto sobre la renta -los más ricos pero a una tasa baja- mientras en los países de la Ocde, la proporción es de 42%. Sostiene que en la región la gente paga menos del 4% de sus ingresos anuales en impuesto.

 

A lo anterior el estudio agrega que la tributación es vista en la región como un generador de ingresos para el gasto del gobierno, más que como un instrumento para alcanzar importantes objetivos de desarrollo.

 

Este panorama, dice Ana Corbacho, asesora Económica del BID y coeditora del libro, no necesariamente implica subir tasas impositivas, pero sí que los gobiernos renueven sus esfuerzos para modernizar sus sistemas fiscales hacia la equidad, generar mayores controles a factores como la evasión que en la región supera el 50%; eliminar las exenciones, que según el análisis son excesivas, y mejor la distribución de las cargas, es decir, que más personas paguen, por ejemplo, el impuesto a la renta.

 

Esto permitiría, dice, un mayor recaudo para llevar los impuestos a convertirse en un instrumento de desarrollo -obviamente aplicados como se debe. Esto según, Corbacho es uno de los desafíos aún pendientes de los gobiernos latinoamericanos y del Caribe.

 

“La estructura de impuestos de los países de la región se suele describir por sus grandes carencias: la recaudación es muy baja, los impuestos son poco progresivos, la evasión fiscal es rampante, las administraciones tributarias son muy débiles y hay muchas exenciones”, se señala en el estudio que tomó el comportamiento de los países en este tema de los últimos 20 años.

 

Sin embargo, la experta resalta que América Latina es la región del mundo donde más aumentó la recaudación, en las últimas dos décadas, con 3%, pero enfatiza en que éste sigue siendo bajo.

 

“Un pilar muy fuerte en la región es el IVA, que es el único que tiene un nivel de recaudo y productividad similar a países avanzados. Los más débiles son el impuesto a la renta de las personas, ahí no hay progreso, y el predial que se ha mantenido casi en el mismo nivel, en promedio, en los últimos 20 años”, agregó. El problema, subraya la experta, es que esa combinación hace que el sistema tributario en general sea regresivo porque los impuestos que se suponen progresivos, como la renta, no se han utilizado bien y han sido desaprovechados. Y agrega un factor: “hay una relación entre gasto público y calidad de los servicios. La insatisfacción frente a lo que se recibe del gobierno hace que haya poco respeto por los impuestos porque la gente percibe que recibe poco. Por ello la tarea pendiente, que deben hacer los gobiernos es que la gente se sienta bien pagando”.

 

Cinco principios básicos en el tema fiscal

 

Según el estudio del BID hay cinco principios básicos en el tema fiscal: impuestos deben favoricer a los pobre; los sistemas impositivos deben ser más progresivos y reducir el número de exenciones; ser más simples y con una base de contribuyentes más amplia; mayor control a la evasión; los impuestos para los gobiernos deben ser agentes del desarrollo; y los sistemas tributarios deben crear incentivos para un uso más eficiente de los recursos naturales pensando en el futuro.

 

Tomado de: larepublica.co