La historia patria dice que el Instituto Colombiano del Seguro Social, ISS, fue fundado el 26 de septiembre de 1946 en el gobierno de Mariano Ospina Pérez. Hoy,Colpensiones, entidad que preside su nieto Pedro Nel Ospina Santamaría, le responde a Gonzalo Tabares Trejos que no tiene derecho a pensión porque cuando él empezó a cotizar, el ISS ni siquiera había sido fundado.
 

En verdad, solo en 1967 el ISS comenzó a administrar las pensiones en Colombia. Pero este mecánico de maquinaria pesada nacido en 1935, empezó a trabajar “apenas saqué la cédula”. El olor a grasa de carro que expele su piel curtida confirma que lleva 53 años recorriendo el país, arreglando buldózeres y retroexcavadoras donde haya una constructora abriendo vías. Pero desde 1967 a la fecha, solo le aparecen 450 semanas cotizadas. Es como si hubiese trabajado cinco años. Los otros 48 años están tirados al tarro de la basura.
 

Él mandó al ISS Bellavista la lista de las empresas donde laboró, pero no le contestaron. Tuvo dos abogados, pero “si la situación es fácil, dicen ‘venga le ayudo’, pero si hay que trabajar dicen: ‘usted no tiene derecho’”, se queja. A sus 75 años –su cédula es de seis dígitos– descansar es un lujo que no se puede dar. Tres años de “carameleo” y la carta de Colpensiones lo dejaron desolado.
 

Muchas voces de los usuarios que tramitan una pensión apuntan a que si el antiguo ISS era un monstruo deforme, por su rezago en llevar las historias laborales de los empleados y liquidar las pensiones, su sucesor, Colpensiones, es un monstruo de dos cabezas.
 

Una cabeza es el ISS en liquidación, al que se le agota el plazo en junio para entregar 56.000 expedientes digitalizados que restan por pasar a Colpensiones, y la otra, es esta nueva entidad que ya ha respondido 13.8 millones de solicitudes de trámites de 14.7 millones recibidas desde septiembre de 2012. Pero la empresa parece colapsar ante la avalancha de tutelas, derechos de petición, desacatos y solicitudes de pensión de usuarios desesperados.
 

Pero resolver pensiones masivamente conlleva a errores, se queja el abogado Efraín Abadía, exfuncionario del ISS: “No le estudian la historia laboral a nadie, lo hacen a la carrera por la presión que tienen de la Defensoría, la Contraloría, Procuraduría, prensa y demás”.
 

Expertos en trámites pensionales como Marcelo Duque Ospina sostienen que la problemática para obtener una pensión es nacional, pero admite que la seccional Valle “ha sido históricamente compleja”. Y por ello, la situación es más caótica que en otras regiones del país.
 

Eso explicaría porqué a muchas personas no les aparecen tiempos laborados, sobre todo entre 1970 y 1993. O peor, no figuran en el sistema. Algunos ya en su vejez y si su salud y recursos se los permiten, han logrado reconstruir su historia laboral. Pero aquellos cuyas empresas desaparecieron y no tienen soportes para demostrar su actividad laboral no lo lograron.
 

Jorge Alberto Criales, gerente seccional de pensiones del ISS entre mayo de 2000 a octubre de 2002, admite que cuando asumió el cargo ya la entidad traía un atraso descomunal no solo en la digitalización de las historias laborales sino en la resolución de solicitudes de pensión por vejez, invalidez y muerte.
 

“Era un rezago producto de la desorganización, de un cúmulo de ineficiencia y de posible corrupción en la entidad que rebasó la capacidad de respuesta del ISS y contribuyó a esta situación caótica que heredó Colpensiones”, sostiene el ex funcionario.
 

En su concepto, Colpensiones ha venido resolviendo lo que ha recibido directamente desde octubre de 2012, cuando entró a funcionar. Pero lo que se radicó ante el ISS antes de esa fecha, se le volvió un cuello de botella.
 

Males heredados

 

Colpensiones heredó males del antiguo ISS. Uno de ellos fue no cobrar la mora de empresas que no pagaron los aportes de sus empleados. “Eso lo debió cobrar el ISS y nunca lo hizo: esas son las semanas que no les aparecen a muchas personas y por las que les niegan la pensión habiendo trabajado”, sentencia Hader Tabares, abogado de derecho pensional hace quince años.
 

Esa misión estaba a cargo de 20 contratistas. A veces llegaban tarde: la empresa ya había desaparecido. En otras, los empresarios eran renuentes a pagar y en otras tantas se lograba recuperar algunos recursos mediante acuerdos de pago. “Pero no sé si el ISS lo hizo con la suficiente diligencia y los dientes necesarios para obligar a las empresas a cancelar”, dice hoy Criales.
 

Abogados consultados ratifican que Colpensiones busca resolver en poco tiempo muchas solicitudes. Y la entidad lo confirma. Solo en Cali, donde inició con tres puntos de atención, desde septiembre pasado ha atendido 162.680 trámites: 16.818 afiliaciones al Régimen de Prima Media, 17.403 solicitudes de prestaciones (pensiones, indemnizaciones sustitutivas, auxilios funerarios, sustituciones pensionales, entre otros).
 

Además, tramitó 11.949 solicitudes de actualización de datos y 9.550 gestiones de nómina de pensionados.
 

Pero, por hacerlo rápido, lo hace “de manera errónea”, a decir de Criales. Y eso se le devuelve en recursos de reposición que se estarían duplicando.
 

Como es el caso de las solicitudes de retroactivos generadas por usuarios que ante la falta de respuesta del ISS, volvieron a radicar sus papeles con Colpensiones. Y en efecto, les salió rápido su resolución de pensión, pero como pierden las semanas entre su primera solicitud y la última, deben pedir la retroactividad.
 

Esa es la batalla jurídica que sigue dando Lucy Rengifo. Ella laboró 1195 semanas, pero la pensionaron con 607. De tanto insistir, aparecieron 200 más y ya registra 840 en el sistema, pero faltan las que cotizó con el Estado.
 

Desde 2011 espera la reliquidación, porque la pensionaron con el 51 % de su salario, cuando le correspondía el 90 %. Y desde 2010 pide el retroactivo. “Me dio cáncer de apéndice y con el estómago inflamado como una embarazada, venía a hacer esta fila, me alcancé a mejorar y mi caso sigue quieto”, dice mostrando la gruesa carpeta de documentos: “Es que yo ando con mi ‘escritorio’”, comenta.
 

Para Danilo Andrés Gómez, un joven abogado litigante, no todo es malo en Colpensiones. “Ellos sí responden. Pero si el solicitante es del sector público, el proceso demora más porque no se cotiza por semanas, sino que el ente estatal respectivo debe emitir un bono pensional y no siempre lo hace”.
 

El abogado Tabares hoy ve el panorama peor porque “el gobierno improvisa en todo y no hubo un plan adecuado para la transición del ISS a Colpensiones. Ellos creyeron que esto era como trastearse de casa y vea estas filas que no se veían antes”.
 

Filas donde un anciano se desmayó el martes y debió ser trasladado en ambulancia a una clínica. Un vocero de Colpensiones atribuye la situación a un problema cultural de la gente que no utiliza la página web ni la línea gratuita para hacer consultas básicas como imprimir una historia o un certificado o saber en qué estado va su solicitud.
 

“El sistema de agenda de citas telefónicas nos ha ayudado mucho a que no se presenten filas o altos tráficos en las oficinas. Hay ciudades como Cali con mayor afluencia de público, pero pronto abriremos una oficina con espacio para el público en el centro de esta capital (Calle 9 con Cra. 5)”, agregó el vocero de la entidad estatal.
 

También informó que la oficina de Centroempresa tiene salas con sillas para el público, pero culturalmente la gente casi no va allá porque creen que “eso no es para mí” y prefieren hacer filas en la sede de Pasoancho porque la identifican como “sede principal”.
 

Colpensiones presentó un plan de acción a la Defensoría del Pueblo en el que establece una jerarquización para atender el atraso que viene del anterior administrador. Así da prioridad a los casos de personas que están en fase terminal por enfermedad; luego a las de invalidez, luego atenderá las de sobrevivientes, seguidas de las que se solicitan por primera vez y finalmente las reliquidaciones de pensiones.
 

Pensionado, pero sin mesada

 

Segundo Mario Imbajoa, no habla. Su esposa, Irene Meneses , explica que él padece cisticercosis, infección causada por un parásito del cerdo, que genera quistes en el cuerpo. En su caso, en el cerebro, lo que le ha hecho perder su capacidad cognitiva.
 

Él trabajó 18 años en construcción, pero por su diagnóstico, lo despidieron. Cuatro años le tomó acopiar su historia clínica y el 17 de julio de 2011 radicó su solicitud de pensión, dice Irene mostrando la colilla 56734. Entabló tutela y desacato, fallados ambos a su favor, pero no le han valido. “Qué gano si me dicen que sí, que él está pensionado, pero voy al banco y no está la plata”, dice.
 

Viven en Los Chorros y ella trabaja en casas de familia para sostener a tres hijos, una de ellas discapacitada, y para adquirir los medicamentos de psiquiatría y neurología del tratamiento de su esposo.
 

Un errorcillo muy caro

 

El escaso cabello blanco delata los 74 años de Heriberto de Jesús Espinosa Espinosa y su cansancio de trabajar durante 43 años, 29 de ellos como vigilante en colegios de Cali. Pero ha sido imposible obtener la pensión porque la Secretaría de Educación Municipal no afilió de nuevo a los empleados administrativos que en 2009 le transfirió la Secretaría de Educación Departamental. Craso error que hoy paga caro don Heriberto, a quien le preocupa la suerte de otros 1.500 empleados administrativos cuando se quieran pensionar.
 

En la misma historia que le entrega Colpensiones le aparecen los pagos de pensión desde 2009 a la fecha, pero no esas semanas cotizadas. Figuran en ceros. Efraín Abadía, su abogado, quien trabajó en el antiguo ISS, dice que enmendar ese error y hacer validar esas semanas demora 9 meses porque pasa por Bogotá. Don Heriberto y su abogado solicitaron la convalidación de más de 200 semanas en enero de 2011. El 14 de mayo, litigante y cliente hicieron fila dos horas y media frente a la oficina de Colpensiones de Santa Mónica para notificarse. Ingresaron con la esperanza dibujada en sus rostros. Pero al salir, la expresión era una mueca de desconsuelo total. La convalidación le fue negada porque “no tiene las semanas suficientes”.
 

En opinión de Abadía, el personal de la entidad no sabe aplicar la ley. “Solo miraron la historia, pero no vieron que él era servidor público y debían estudiar los formatos donde aparecen los tiempos laborados con el Estado. Por eso solo le figuran 1.032 semanas, cuando son 1.600 desde 1984 que fue vinculado”, explica. Ahora deberá apelar y esperar dos meses.
 

Su vida en un papel

 

La única respuesta sobre la pensiónde Elder Gustavo Díaz es un trozo de papel (no un oficio) escrito a mano con el número 20126800350379. En ese pedazo de papel quedaron reducidos sus 18 años y medio de trabajo en la Caja Agraria y otros tantos en Bancafé.
 

Como ambas entidades desaparecieron, completó su tiempo aportando en Prosperar, una entidad creada para que los independientes coticen. Radicó su solicitud en junio de 2012 y le dijeron: “vuelva en seis meses”. Pero en diciembre encontró la nueva Colpensiones que el 8 de marzo le dijo que su caso “está en decisión”. Díaz no carga “un escritorio” como otros. Solo su trozo de papel escrito a mano, “como si fuera garantía de algo”.
 

Un vocero oficial de Colpensiones atendió las inquietudes de El País en los problemas que afronta la entidad con los usuarios.

tomado de:elpais.com.co