Así lo dio a conocer el Instituto de Competitividad Aden, tras evaluar 18 países en América del Sur en temas como educación, salud, aspectos macroeconómicos y relaciones laborales, entre otros.

 

En esta oportunidad Colombia se ubicó en el octavo lugar, por debajo de Chile, Panamá, Costa Rica, Uruguay, México, Brasil y Perú, en su orden; aunque supera a países como Argentina, Ecuador y El Salvador.

 

Esta medición, semestral, busca exponer las fallas que se presentan en cada uno de los países evaluados, lo mismo que sus potencialidades.

 

Según Alejandro Trapé, economista y evaluador de Aden, el desplazamiento negativo de Colombia obedece a debilidades como el acceso a las tecnologías, las cuales si bien han sido impulsadas por el Gobierno Nacional, aún falta mucho por hacer. Otro de los puntos analizado, frente al descenso, es el relacionado con la infraestructura, el cual reporta el porcentaje más bajo de evolución.

 

Sin embargo, los temas de importancia como la seguridad y la corrupción, tan criticadas en el país, han tenido mejoras a nivel nacional. Fueron precisamente estos dos aspectos los que evitaron que se produjera una caída mayor en este estudio, tal como sí sucedió con México, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, lo cual a la postre afecta los negocios y la confianza en las instituciones.

 

Un aspecto que brilló en el reporte de Aden, y que se presenta en la mayoría de los países de América Latina, es precisamente el buen manejo macroeconómico que se manifiesta en bajas cifras de inflación y desempleo, disminuyendo la pobreza y la desigualdad, y beneficiando a la clase media.

Tomado de: vanguardia.com