Las décadas de los años ochenta y noventa fueron fatídicas no solo para la tranquilidad de los colombianos, sino que corrompieron muchos sectores sociales con la cultura del dinero fácil. Muchos jóvenes de entonces creyeron que los mafiosos habían encontrado la panacea del progreso y que a través de los novedosos delitos se borrarían muchos años de trabajo honesto. Miles de muchachos de Cali, Medellín, Barranquilla o Bogotá, pensaron en ese momento que no había que trabajar mucho para comprar un vehículo de gama alta; que tener una finca bien montada era cuestión de semanas, o que tener una casa o un apartamento, solo era cuestión de una ‘vuelta’. Esa fue la herencia que nos dejaron los narcotraficantes con su cultura ostentosa, pero que poco a poco ha ido cambiando y nuevamente hay una generación de personas quienes piensan que solo con el trabajo honesto por varios años, mucho estudio, buenas decisiones y el ahorro a largo plazo, se logra progresar económicamente.

 

De un tiempo para acá, según los datos del sistema financiero y del mismo Banco de la República, los colombianos han perdido ritmo de endeudamiento, la cartera de consumo es alta, pero no la hipotecaria y de cada $100 que le ingresan solo $30 se van para pagar créditos. No somos un país endeudado y eso se debe a varias razones: la primera es que la expectativa laboral está cargada de incertidumbre. La gente no corre riesgos con deudas porque no sabe cuánto le va a durar el trabajo. El segundo punto de vista tiene que ver con las altas tasas de interés, para nadie es un secreto que hasta hace un par de semanas por un crédito hipotecario se pagaba un 12% anual, cuatro veces más que la inflación. Y el tercer punto es que tener deudas era vergonzoso cuando en cualquier lugar del mundo es sinónimo de estabilidad.

 

Ahora bien, sí ha crecido el consumo de artículos como electrodomésticos donde se incluyen televisores, computadores, motos, celulares, y toda una suerte de artículos que no son deudas de larga duración, tal como puede ser una casa. Los bancos y el Gobierno Nacional han acordado un gran plan para reactivar la economía y la piedra angular es el crédito hipotecario a muy bajos intereses; esa es una gran medida que no solo reactivará indirectamente la industria y dinamizará la construcción, sino que le permitirá a más colombianos tener casa propia o contar con una inversión que pueda rentar y asegurar ingresos extras.

 

Hay que vencer el miedo a tener deudas. Nuestros padres y abuelos solo consiguieron sus cosas al lado de los bancos. Y en el papel del Gobierno está controlar a través de las superintendencias que el sistema financiero cobre lo justo.

Tomado de: larepublica.co