La influenza puede afectar la productividad de un trabajador hasta en un 40 por ciento.

Hace 20 años, las empresas reportaban altas incapacidades por culpa de la influenza, una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que causa síntomas que no dejan trabajar y reducen la capacidad de concentración y el rendimiento.

Algunas se dieron cuenta de que era posible y necesario vacunar a sus empleados, e invertir en jornadas de inmunización cada año, esto porque los virus que causan la influenza mutan o cambian cada 12 meses y por eso no sirve la vacuna aplicada el año anterior.
 

Hoy, esta costumbre se ha extendido en el entorno laboral, y las compañías programan jornadas, algunas totalmente subsidiadas, atendiendo los llamados de entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el Ministerio de Salud y Protección Social en Colombia, en el sentido de que la “mejor forma de evitar enfermarse por este virus es la vacunación”.
 

Un estudio publicado en BMJ Group, división de publicaciones de British Medical Association, revela que la influenza puede deteriorar el desempeño de un trabajador entre 20 % y 40 %, comparable con los efectos del consumo del alcohol. Vacunarse, en tanto, reduce en orden de 34 % a 44 % las visitas médicas, y de 32 % a 45 % los días laborales perdidos.
 

“Un trabajador con influenza, enfermedad altamente contagiosa, por lo general, se incapacita entre dos y siete días, pero el regreso total al trabajo puede tomar más tiempo”, precisa el doctor Helí Salgado, médico pediatra de la Universidad de Antioquia con especialización en inmunología de la Universidad de Harvard.
 

Buena experiencia
 

El doctor Rodolfo García, coordinador de Salud Ocupacional del Banco Davivienda, entidad que desde hace 13 años realiza jornadas entre sus trabajadores, afirma que “la vacunación mejora la calidad de vida y el bienestar de nuestros funcionarios, logra una mayor eficiencia en sus labores, y disminuye los indicadores de ausencias al trabajo”.
 

En el 2011, Davivienda aplicó un total de 8.920 vacunas a nivel nacional; en el 2012 fueron 9.400 dosis, cifras que equivalen a 95% del número total de funcionarios.
 

Las estadísticas del doctor García reportan que las enfermedades respiratorias pasaron de ocupar el primer lugar en incidencia entre los trabajadores de la entidad, al tercero.

Tomado de:portafolio.co