Pero a diferencia de la educación básica, o incluso la salud, una importante parte de los costos de que el individuo no haya “adquirido” el bien recae sobre otros y esto es precisamente el principal desajuste en el sistema pensional colombiano, en particular en el régimen de prima media, pues hay que recordar que existe también el régimen de ahorro individual como alternativa para la jubilación.

Pero cualquiera sea el régimen, la pensión tiene como objetivo reemplazar parte de los ingresos perdidos como consecuencia del retiro de la vida laboral. El problema del régimen de prima media es que está basado en un sistema de reparto y su sostenibilidad depende de la razón entre el número de cotizantes y el de jubilados. Muchos jubilados hoy no ahorraron lo suficiente ayer y el costo recae sobre los cotizantes de hoy –otros –, quienes en el futuro no tendrán los mismos beneficios.
 

Pero los problemas pensionales se han agravado porque la esperanza de vida aumentó, las tasas de desempleo e informalidad se incrementan paulatinamente y por la existencia de regímenes especiales que garantizan altas e injustificadas pensiones a funcionarios estatales. La viabilidad del régimen dependerá entonces, además del número de cotizantes y jubilados, de la cuantía de las pensiones, del porcentaje de cotización y de las semanas cotizadas. El régimen sería relativamente sostenible si el crecimiento económico se tradujera en más empleos formales, pero sucede lo opuesto y cada generación debe aportar más para recibir menos, en consecuencia el Estado debe completar las pensiones con sus ingresos corrientes, ampliando un hueco pensional que hoy ronda el 4% del PIB.
 

Una reforma pensional de fondo inevitablemente debería apuntar a desacelerar el incremento anual de las pensiones, incrementar el porcentaje, semanas de cotización y edad de jubilación, al menos para los nuevos trabajadores, acabar con los regímenes especiales e incentivar la transición a los fondos privados de pensiones. Hay que decirlo, un sistema pensional equitativo debe basarse en un principio inviolable: la pensión de las personas debe guardar cierto equilibrio con su contribución.

Si bien el régimen de ahorro individual, administrado por los fondos privados de pensiones, enfrenta algunos problemas que debe solventar en el mediano plazo, como lo son los altos costos de administración y poder asegurarse contra el riesgo moral, la tarea fundamental del Estado es monitorear y garantizar la solidez financiera de los fondos de pensiones, pero no acabar con ellos como lo han propuesto los radicales de la intervención estatal.

Tomado de: Portafolio.co