Usted dedica mucho tiempo en sus empresas filantrópicas y el trabajo voluntario. ¿Esto le resta tiempo a su labor de dirigir el Virgin Group? ¿O le ayuda a que se le ocurran nuevos enfoques ante los problemas empresariales?

R: Cuando las personas me preguntan si una empresa puede lograr un equilibrio entre marcar una diferencia en la vida de las personas y obtener utilidades para la compañía, el punto que siempre enfatizo es que las dos cosas no son excluyentes.
 

Los líderes de negocios no deberían enfocarse únicamente en ganar dinero.
 

Deben recordar que una utilidad sana significa que una comunidad apoya y aprecia los productos y servicios que una empresa ofrece, y también cómo es administrada esa empresa.
 

Mi trabajo en iniciativas patrocinadas por nuestra fundación sin fines de lucro, Virgin Unite, como ‘The Elders’ y ‘The Branson Centres of Entrepreneurship’, me ha dado un punto de vista diferente.
 

Tengo una perspectiva más amplia que en los años 70, cuando mi atención se enfocaba principalmente en nuestra comunidad local y nuestros clientes, pero conforme Virgin crecía y nuestros esfuerzos se ampliaban, empecé a trabajar en proyectos filantrópicos junto a personajes inspiradores como Nelson Mandela y el arzobispo Desmond Tutu.
 

Y luego, los tipos de proyectos se ampliaron, enfocándose en todo, desde el exhorto hasta los líderes mundiales, para poner fin a las guerras contra las drogas hasta el ofrecimiento de oportunidades de asesoría para jóvenes emprendedores, de manera que ahora también tiendo a pensar en términos de la comunidad global.
 

Nuestro trabajo con Virgin Unite ha dado un impulso fantástico a nuestras compañías.
 

Los clientes quieren saber que la compañía con la que están tratando tiene una brújula moral y asume un enfoque socialmente responsable al hacer negocios.
 

Un ejemplo de una de nuestras iniciativas que ha captado la atención de la gente es nuestra decisión de invertir las utilidades de las empresas de transporte Virgin en la investigación de combustibles limpios.
 

Usar el combustible derivado de una fuente de energía renovable para hacer volar nuestros aviones beneficiaría a todos, y podemos estar seguros de que el avance tecnológico necesario para hacer que esto suceda ocurrirá eventualmente, de manera que nos estamos esforzando para ser los primeros en alcanzar ese objetivo.

Mis empresas filantrópicas también han sido buenas para nuestro equipo: La gente quiere trabajar para una compañía de la cual se sientan orgullosos, una en cuyos valores creen.
 

Me gusta pensar que nuestro personal está tan orgulloso como yo del bien que nuestras compañías hacen. Y una fuerza laboral feliz y motivada es productiva.
 

Muchas personas suponen que la única manera en que una empresa puede hacer una contribución a su comunidad local es haciendo donaciones a una organización de caridad, pero están equivocadas.
 

Una compañía que tenga un firme conjunto de principios entretejidos en su ADN encontrará muchas oportunidades de marcar una diferencia.
 

En Sudáfrica, donde el desempleo y la pobreza son asuntos apremiantes, Virgin Active, nuestra empresa de club de salud, vio que existía la necesidad de apoyar a otras empresas locales.
 

Así que nuestra sucursal en Soweto incorporó socios: un estilista, DJ para las clases de ejercicios, un negocio de lavado de autos para el estacionamiento.
 

Nuestra empresa exitosa ofreció por tanto el apoyo y la chispa para ayudar a otras empresas a aumentar sus operaciones.
 

Si usted está buscando cambiar la manera en que hace negocios, el primer paso es integrar valores grandiosos a su plan de negocios. Cualquier compañía puede hacer esto, sin importar cuál sea su tamaño y ubicación, o cuánto tiempo ha estado operando.

Las pequeñas empresas pueden marcar una diferencia localmente, las compañías más grandes pueden marcar una diferencia nacionalmente, e incluso las compañías más grandes pueden marcar una diferencia internacionalmente.

Y analice cada etapa de su negocio, desde la manufactura hasta la disposición de desechos, y considere el impacto en su comunidad.

El trabajo filantrópico emprendido no solo por el director ejecutivo, sino por cualquier empleado, es un activo para el grupo en su conjunto, aportando nuevas perspectivas y relaciones que el grupo de otro modo no tendría.

Así que aliente a sus empleados a contribuir, fuera y dentro del horario laboral, y con el tiempo la gente en su comunidad sabrá que su empresa puede producir un cambio positivo.

Mientras tanto, también estaré instando a mi equipo en Virgin a “dejar de lado la manera habitual de hacer negocios”. Es lo que hacemos mejor.

Tomado de: Portafolio.co