¿Qué clase de razonamiento financiero utilizan las personas que optan por solicitar un descuento del 10% de su ingreso para ahorrarlo en el fondo de empleados y paso seguido solicitan un crédito de consumo?

En varias de las capacitaciones que damos a empresas sobre educación financiera, una de las cosas que recomendamos es que debe ahorrarse por lo menos el 10% del salario o del ingreso mensual y que la manera más fácil y eficiente de hacerlo es el descuento por nómina directo, es decir, que la plata no llegue a las manos porque, como todos sabemos, una vez está en el bolsillo, si no hay un control estricto al respecto, a la mayoría se le abre un hueco en el pantalón…y ese dinero, sin uno darse cuenta, se esfuma.

Por supuesto, cuando empieza a hacerse el ahorro por descuento, cada quien utiliza el método que más le conviene o que mejor le parece; unos utilizan el fondo de empleados, otros a una cuenta bancaria, un fondo de ahorros, fondo de pensiones o cualquier otra opción. Por ejemplo, un participante utilizaba un método bastante particular: abrió una cuenta de ahorros tradicional sin libreta y destruyó la tarjeta de débito para no caer en la tentación de utilizar ese dinero… ¡Excelente…!

Y si bien hay bastantes métodos para hacerlo, la mayoría de las personas se inclina hacia su fondo de empleados para que le realicen dicho descuento. Inicialmente me parece bastante bien, puesto que muchos de estos fondos (conozco unos que no) ofrecen unas tasas y rendimientos bastante atractivos.

Ahora bien…¿Cuál es el problema con lo anterior?

Muchas de estas personas, que ahorran con el fondo de empleados y obtienen un interés de un 5% más o menos, posteriormente van a pedir préstamos de consumo al mismo, pagando una tasa de interés del 13% (los he visto hasta del 18%); es decir cumplen con la premisa de ahorrar el 10% de su ingreso, pero luego van y lo piden prestado al fondo para cubrir huecos o saldar otras deudas. O sea, están pagando intereses por un dinero que les pertenece…

Tomado de: https://comunidad.finanzaspersonales.com.co/t5/Columna-de-Pablo-y-Rigoberto/Un-negocio-sin-sentido/ba-p/633