Fuente: https://www.larepublica.co

El Congreso de Estados Unidos anunció, a principios de agosto, que demócratas y republicanos habían llegado a un acuerdo para garantizar la extensión del programa de apoyo laboral (Trade Adjustment Assistante, TAA).

El Congreso de Estados Unidos anunció, a principios de agosto, que demócratas y republicanos habían llegado a un acuerdo para garantizar la extensión del programa de apoyo laboral (Trade Adjustment Assistante, TAA). Éste se ha convertido en un requisito para una eventual aprobación de los TLC que ese país estaría ratificando con Colombia, Panamá y Corea del Sur. Inicialmente, se había hablado de condicionar el TLC con Corea a dicho TAA, pero ahora simplemente se ha trazado como un programa previo a todos los TLC pendientes.

Gracias a este tipo de acuerdos políticos se ha abierto una luz de esperanza para el TLC con Colombia. En efecto, en una “simulación de votación” reciente, se obtuvieron en la Cámara de Representantes 22 votos a favor y 14 en contra, mientras que en el Senado la votación resultó más favorable, registrando 18 a favor y 6 en contra.

Pero cabe preguntarse ¿cuál es el interés de la administración Obama y de los demócratas en este programa y cómo han logrado convencer a los republicanos de su sensatez fiscal?

El TAA es un programa de ayuda a los trabajadores desplazados por el comercio exterior, creado en 1974 y modificado en 2002. Dicho programa se focaliza en ofrecer re-entrenamiento y ayuda financiera para lograr que esa fuerza laboral pueda migrar hacia nuevos sectores, más competitivos hacia el futuro. En 2009, el presidente Obama amplió su cobertura: i) extendiendo sus beneficios del sector industrial al de servicios; ii) amparando a trabajadores desempleados por cuenta del “outsourcing”; iii) mejorando las condiciones de adiestramiento; y iv) facilitándoles el acceso a los sistemas de salud. No obstante, la ampliación de este programa expiró en febrero de 2011 y desde entonces viene operando bajo su versión original, más restrictiva.

En el año fiscal 2010, el Departamento de Trabajo reportó que se habían destinado cerca de US$975 millones para financiar el TAA (0.03% del gasto público), dándole US$575 millones al adiestramiento laboral, un 59% del total de los recursos, ver gráfico adjunto. La cobertura ha llegado a 281.000 trabajadores, un 76% del total de las solicitudes. Curiosamente, el grueso de esas solicitudes venían motivadas por temas de competencia interna, atribuible a: i) alzas en la producción nacional para exportación (25% del total); ii) alzas en el ofrecimiento de servicios al exterior (22%); y iii) mayores importaciones directas de clientes (13%).

Obama ha reiterado la necesidad de ampliar la cobertura y modalidad de este programa laboral, aduciendo la llegada de estos nuevos TLC. En particular, el TAA se está “vendiendo” como la forma de evitar que el desempleo continúe en niveles del 9%. Los republicanos han ripostado al señalar que ello tiene un elevado costo fiscal (US$975 millones, 0,03% gasto en 2010), agravando el déficit que ya bordea el 10% del PIB y una deuda acumulada por valor del 92% del PIB. Obama ha tenido dificultades explicando cómo busca moderar el gasto público, pero al mismo tiempo aprueba la extensión de este tipo de programas como el TAA.

En síntesis, Colombia está pagando un alto precio al haber tardado en presionar la aprobación del TLC con Estados Unidos por allá en los años 2006-2008 (ver Informe Semanal No. 1082 de julio de 2011). Ahora, el fuego político cruzado entre demócratas y republicados nos amenaza nuevamente, donde se mezclan las necesidades de enfrentar programas de re-entrenamiento con la contención del gasto público en Estados Unidos.

Colombia, entretanto, aspira a verse favorecida con dicho TLC a través de: i) una aceleración del crecimiento del PIB-real, a razón de medio punto por año; ii) una generación de unos 250.000 nuevos empleos en los próximos cinco años; y iii) un incremento de las exportaciones (suponemos, de las no tradicionales) hasta de US$1.500 millones (equivalente a un 4% anual). Claramente, la coyuntura de turbulencia internacional y de deterioro fiscal ha complicado las cosas muchos más de lo esperado.

Tomado de: https://www.larepublica.co/archivos/OPINION/2011-08-23/tlc-con-estados-unidos-y-programas-de-apoyo-laboral_136060.php