En Colombia se transportan anualmente un promedio de 22,8 millones de animales por vía terrestre, donde los bovinos alcanzan los 2,9 millones, aves suman 18,9 millones; equinos, 101.361 y porcinos, 753.907.

Sin embargo, a pesar de lo rutinario del proceso, los transportadores se ven envueltos en la tramitología que implica conseguir una guía de movilización y en la corrupción de algunos de los 104 puntos de control del ICA, en los que muchas veces prima la ley del soborno.

Y es que la falta de personal idóneo en los controles y de una tecnología que garantice la agilidad y veracidad de la información de las guías, además de la proclividad a que los cargos sean ocupados por cuotas burocráticas, son factores suficientes para que los propietarios de los animales padezcan episodios de corrupción.

Esto pues, ante la necesidad de llevar los ejemplares de un lugar a otro, conductores pagan lo que les piden los funcionarios para que los dejen pasar, lo que convierte a los puntos de controles en verdaderos peajes.

La solución

Frente a los problemas de los empresarios a la hora de transportar sus animales, el ICA ya tomó cartas en el asunto, y a partir de la fecha empezará a ejecutar una estrategia que busca, primero, facilitar los trámites y, segundo, disminuir el riesgo de corrupción.

En ese sentido, la gerente de la entidad, Teresita Beltrán, explicó que para este año se invertirán unos $3.800 millones en herramientas tecnológicas que le permitirán al ganadero, por ejemplo, obtener las guías de movilización vía internet.

Así mismo, los funcionarios contarán con equipos que garantizarán y agilizarán el proceso de vigilancia en las carreteras. De igual forma, esas 340 personas ubicadas en los puntos de control serán vinculadas laboralmente de forma directa en el Instituto, pues a la fecha, se trata de un personal contratado a través de compañías temporales, gestión que hará Fedegán hasta finales de enero.

“Este proyecto, que se constituye en el más importante de la entidad para el 2012, aunque no garantizará totalmente que esta clase de problemas se eliminen, por lo menos minimizarán el riesgo”, explicó Beltrán.

Esa implementación ya se está haciendo, y se espera que entre mayo y agosto de 2012 los funcionarios de los puestos sean incluidos en la nómina del ICA.

Casos concretos

Pero mientras esto se logra, hoy las dificultades de los ganaderos son evidentes, ya que se trata de una realidad que se vive hace años y que toma especial importancia cuando de ferias y encuentros del sector se trata.

Incluso, se habla de que entre los viáticos que se aprueban a los transportistas están incluidos, además de los costos normales de movilización, como la gasolina, sumas específicas para el pago a los funcionarios del ICA de los puestos de control.

Según Luis Fernando Salcedo, director técnico de Fedegán, la corrupción en dichos sitios es un tema del que siempre se habla, pero nunca se denuncia. “Estamos seguros de que esto sucede cuando se transportan los animales, así como en los sitios en donde se expiden las guías”, señaló.

Una percepción similar es la del sector equino. Álvaro Mesa, director técnico de Asdesillas, explicó que estos problemas surgen porque muchos de los trámites son engorrosos y tardan más tiempo del que los empresarios tienen. “Además, la mayoría de las reglas de juego quedan a la libre interpretación del funcionario, y eso genera corrupción. Es claro que falta una verdadera capacitación del personal del ICA”, dijo.

Por su parte, Cesar Augusto López, presidente de Caballanos, concluye que ante semejantes inconvenientes, una de las soluciones que debe adoptarse pronto son las herramientas tecnológicas que permitan leer los datos de los microchips instalados en los caballos, que contienen toda la información requerida en las guías.

No se sabe qué hacer con los animales retenidos

Uno de los inconvenientes que más genera quejas de parte de los ganaderos es el relacionado con el desconocimiento de los funcionarios del ICA con respecto a lo que se debe hacer cuando un animal no pasa el control. De hecho, cuando eso sucede, ni la persona del Instituto, ni la policía de carreteras, se hacen cargo del animal, dejando en manos del dueño de la solución. Un ejemplo de lo que sucede lo vivió recientemente un ganadero, quien tuvo que alquilar un lote cercano al punto de control durante 15 días para dejar sus animales allí mientras se solucionaban los inconvenientes.

Tomado de: https://www.larepublica.com.co/portal/index.php/economia/3541-99723