Los problemas tributarios y pensionales le restan competitividad al país y afectan severamente la equidad. Es prioritario asegurar la aprobación de las respectivas reformas estructurales.

La agenda legislativa que en materia económica quiere llevar el Gobierno al Congreso de la República durante el presente año, consta de tres proyectos: la reforma tributaria, la reforma pensional y la venta del 10 por ciento de Ecopetrol.

La necesidad de una reforma tributaria no es un asunto nuevo. Basta con señalar que, entre 1990 y 2007, el Congreso aprobó catorce reformas que pretendían, por sobre todo, incrementar los ingresos con miras a financiar el gasto. En ellas, los principios que señala la Constitución no fueron la prioridad.

Aunque con algunos matices, entre los especialistas existe un relativo consenso acerca de los problemas que tiene el actual sistema impositivo. Entre los mismos están la existencia de una estructura que distorsiona la asignación de los recursos y promueve la informalidad, un esquema de tributación complejo y engorroso, y una carga impositiva que recae en un reducido número de contribuyentes.

En el mismo sentido, las propuestas de reforma enfatizan la necesidad de que se aumenten los ingresos de manera compatible con las necesidades y las metas de gasto público sobre la base de que se restablezcan los principios de eficiencia, equidad y progresividad del régimen tributario.

Para ello se plantea, entre otras cosas, la reducción de la tarifa del impuesto sobre la renta de las empresas; la menor carga tributaria sobre la nómina; la eliminación de las exenciones, las deducciones y los descuentos; la reducción del número de tarifas del IVA; y la ampliación de la base tributaria.

Hasta el momento, el Gobierno no ha hecho público el texto de la reforma que llevará al Congreso. Sin embargo, el Ministro de Hacienda ha dejado entrever algunas ideas respecto a la misma. Según él, la reforma tributaria se va a llamar ELISSA, pues con ella se va a buscar la equidad, la limpieza, la sencillez, la seducción y la adaptación internacional. No hace mucho había dicho que su idea de reforma es una que genere negocios y empleos formales los que, a su vez, se conviertan en fuente de mayores recaudos.

Pero lo que más preocupa es el hecho de que el Ministro Echeverry no cree, contrario al consenso de los especialistas, en la necesidad de una reforma estructural. Esto hace pensar si, efectivamente, la proyectada reforma tributaria nos va a sacar del serio atolladero en que estamos metidos, en términos de competitividad, por cuenta del sistema tributario, como lo muestran los análisis del Foro Económico Mundial.

En materia pensional ocurre algo parecido a lo que se tiene en lo tributario. Se conoce de los graves problemas que existen. Igualmente, hay diversas propuestas acerca del contenido y los asuntos que debe tratar la reforma al actual sistema pensional colombiano. En esto tampoco se conoce un texto oficial.

El pueblo colombiano sabe de la necesidad y la trascendencia que las reformas tributaria y pensional tienen para el progreso y la equidad. Frente a esta realidad, ojalá que el Gobierno no salga, como ha ocurrido en el pasado reciente, con unas propuestas que no enfrentan ni erradican la naturaleza de los problemas sino que dilatan las soluciones. El logro de la anhelada “prosperidad para todos” demanda decisiones firmes y definitivas.

Tomado de: https://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/R/reformas_prioritarias/reformas_prioritarias.asp?CodSeccion=219