Mientras que en 2007 Colombia creció 6,9% y generó 336.000 empleos, en 2011 la economía tuvo un crecimiento de 5,9% y se ocuparon a más de 800.000 personas.

Aquella recordada frase de ‘a la economía le va bien, pero al país le va mal’ se aplicaba para un 2007 en que el crecimiento era uno de los mejores de la región, pero sus buenos resultados no se reflejaban en el bienestar de los colombianos.

En medio de tiempos turbulentos, Colombia cerró el año con una tasa de desempleo de 10,8%. En febrero de este año más de 20 millones de colombianos se habían ocupado, frente a los 16,8 millones que lo hicieron durante ese mismo periodo en 2007.

Mientras que en Colombia la tasa de desempleo actual según el Dane es de 11,9%, en países desarrollados este dato se dobla debido a las graves crisis económicas que están enfrentando. Este es el caso de España, nación que tiene el 24,4% de su población desocupada, la mayor cifra en 18 años. También está Grecia con una desocupación del 21%.

A pesar de que el país está bien parado frente a estas economías desarrolladas en materia de empleo, el panorama no es tan alentador al interior de la región. La tasa de desempleo de Colombia es dos veces superior a la de varios países del hemisferio y la más alta en América Latina.

Sí, en 2011, Colombia logró crecer dos veces más que la sexta economía del mundo, Brasil, país cuyo Producto Interno Bruto (PIB) se expandió 2,7%, pero la tasa de desempleo brasileña es la mitad de la colombiana, de 6,20%. Otros países tienen cifras similares: Chile con 6,40%, Uruguay con 6,40%; y las más bajas, Ecuador con 4,90% y México con 4,61%.

A Colombia le queda mucho camino por recorrer, sobre todo cuando el Gobierno Santos se ha puesto la meta de disminuir el desempleo a un solo dígito para finales de 2014. Sin embargo, para expertos el reto no puede radicar solo en alcanzar en este objetivo.

Uno de los mayores lunares de la política empleo en Colombia es la informalidad, la cual según el Dane, es del 50,5%. Para César Ferrari, profesor de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana, en el fondo, la economía en su conjunto no está creando suficientes trabajos, ni directos ni indirectos.

‘La estructura económica del país no se compagina con la estructura demográfica’, dijo el experto. De acuerdo con Ferrari, la informalidad es un reflejo del modelo económico, en el que la minería y el petróleo son los grandes jalonadores, sectores que no generan muchos empleos.

La respuesta, dice el experto, está en el cambio de política económica, en la búsqueda de inversión en sectores que produzcan mano de obra, tales como la construcción y la agricultura, para que así se traduzca en un mayor bienestar para todos.

Tomado de : La Republica