Fuente: https://www.larepublica.co Al mismo tiempo que la empresa solicita personal que reúna esa condición, procura generar un buen clima laboral y define atractivas condiciones que garanticen la productividad y la retención de los buenos trabajadores. La pregunta obligada es, si el ofrecer un puesto de trabajo, que necesariamente se va desempeñar bajo presión, va en contravía del buen clima y las favorables condiciones laborales de la empresa.

Qué significa ser tolerante a la presión, qué tan bueno es para la empresa y para sus empleados mantener este esquema de trabajo y cuáles pueden ser las consecuencias de desempeñarse bajo ese esquema, son algunos de los interrogantes.

Según la definición empleada por la física, presión es la cantidad de fuerza que se ejerce sobre un área determinada. Este mismo concepto aplicado al campo laboral es la capacidad que tiene un empleado de mantener su lucidez, realizar bien una actividad y tomar decisiones acertadas, en medio de condiciones adversas.

No todo el mundo tiene esa virtud. Por el contrario, la mayoría de los seres humanos, cuando enfrentan condiciones adversas, de presión y peligro, reaccionan de manera violenta o, por el contrario, se bloquean y paralizan. Si pensamos en una aerolínea, los pilotos deben ser personas capaces de trabajar bajo presión, pues deben poder tomar decisiones correctas en medio de situaciones tan adversas como una emergencia aérea, que de no ser atendida oportuna y correctamente, puede derivar en una catástrofe con centenares de muertos y heridos y la pérdida de una costosa aeronave.

El común de los trabajadores enfrenta presiones laborales derivadas fundamentalmente de la falta de tiempo para la realización de un tarea. Esa falta de tiempo puede obedecer a una mala planeación del trabajo, a un jefe o a el mismo empleado que, para demostrar eficiencia, se compromete a entregar un trabajo en menor tiempo del requerido, o a la dilación, que es ese terrible hábito de posponer las cosas hasta el último momento, debiendo realizarlas a la carrera, en medio de angustias, sobresaltos y sufrimientos.

Hay quienes solo pueden producir cuando están bajo presión y se vuelven adictos a ella. Esto se debe a la adrenalina que genera el organismo en esos momentos de presión y que llevan al trabajador a un estado de euforia que incrementa momentáneamente su creatividad y eficiencia. Sin embargo, una vez entregado el trabajo y superada la urgencia, al igual que sucede con cualquier droga estimulantes, el cuerpo pasa su factura y el individuo siente un inmenso cansancio, que lo obliga al reposo. 

Una primera conclusión derivada del punto anterior es que es importante que un trabajador sea capaz de atender y resolver problemas que se presenten de manera súbita y que requieren soluciones inmediatas.

Pero no es saludablemente prudente que la mayor parte de la actividad cotidiana se realice bajo presión, pues a la postre generará problemas de salud en los empleados, tales como estrés y el síndrome de la fatiga crónica o “surmenage”.

Existe también otra presión en el trabajo y es la psicológica, que se deriva del grado de intimidación que puede producir un jefe sobre su subalterno. Algunas personas que normalmente se desempeñan eficientemente pueden llegar a perder su capacidad y cometer errores impensables ante la presencia de un jefe que inspira temor, que amenaza y descalifica permanentemente. Los líderes que alcanzan sus objetivos a base del temor no son los que las empresas de hoy buscan para ser productivas.

Exceso de presión motiva el ausentismo
Todo trabajo lleva implícito una dosis de presión, que obliga al empleado a realizarlo bien y en un lapso de tiempo razonable con los planes de la organización. Pero pretender que todo el equipo laboral de la empresa se desempeñe en el día a día bajo alta presión no contribuirá a mejorar su clima laboral y en cambio sí motivará al ausentismo, impulsado por reacciones somatizadas a la presión como consecuencia de las tareas del momento. Es muy importante evitar que lo urgente desplace a lo importante y analizar permanentemente las causas de retiro que los empleados anotan en sus entrevistas al dejar la empresa.

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