Fuente: https://www.larepublica.co

Si bien la palabra innovación hoy no es ajena a ningún presidente, gerente o alto ejecutivo de organizaciones empresariales, llevarla a una aplicación plena no siempre es la norma.

En efecto, el director académico de la Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad de La Sabana (Inalde), Raúl Lagomarsino, señaló que para lograr la competitividad hay dos grandes necesidades que las firmas deben cubrir: la innovación y la agilidad estratégica, que, por su puesto, no pueden quedarse solo en el papel.

LR habló con Lagomarsino de este tema y de otros relacionados con la Inalde, que ya tiene 25 años de labores académicas y de formación de altos ejecutivos en el país.

¿Cómo pueden las empresas cubrir lo que usted señala como factores de competitividad?

La innovación es la aplicación de nuevas ideas, productos y conceptos, siempre vigentes y la agilidad estratégica permite entender el entorno y sus cambios y, a la vez, responder con productos y servicios adecuados. ¿Cómo se logra esto?

Hay que tener, esencialmente, dos elementos cubiertos: uno hacia el interior de la organización, algo que se llama cultura corporativa de cooperación, que también se traduce en participación en las diferentes tareas; y un desarrollo constante de habilidades y aprendizaje permanente.

Y en la práctica, ¿cómo una empresa puede lograr esos elementos?

Hacia el exterior se necesita tener fuertes relaciones con clientes y proveedores y mucha capacidad de formar alianzas que les permita entender cómo se mueven los mercados.

Para todo eso hay algo que soporta la maquinaria de la competitividad, que más allá de la tecnología que es fundamental, es una alta dirección obsesionada con el futuro. Es decir, que esté pensando siempre en el mañana. Entonces, la base es pensar en el futuro y como resultado tener una cultura innovadora.

¿Las empresas cumplen con esos procesos?

Este camino es un tema exigente y es difícil encontrar empresas, que de todas formas las hay, que cumplan con todos esos elementos.

Lo que se ve es que algunas organizaciones son muy buenas en algunos de esos aspectos y la mayoría de las empresas están pensando en nuevos productos o en redefinición de procesos. Creo que la carencia está en una alta dirección más decidida a hacer los cambios. Todos quieren tener innovación, pero no muchos están dispuestos a formar la cultura corporativa de cooperación.

¿Es decir que las empresas no asumen el riesgo?

El asunto no necesariamente es de tomar riesgos, sino de cambiar el chip, la mentalidad de cómo se dirigen las organizaciones del mundo de hoy. Es un hecho que la preocupación debe ser el futuro y dejar que las ideas vengan de abajo hacia arriba para generar progreso.

¿Pero eso qué significa?

Que si hay una persona que piensa y 90 ejecutan, todo el mundo se juega a que esa idea sea correcta y no hay más opciones.

Pero si hay 100 ideas y se selecciona la mejor habrá más chance de éxito. Se sigue teniendo el paradigma de que la estrategia o la idea viene desde arriba, es decir, del presidente de la empresa, cuando en realidad no se sabe dónde puede estar. Puede ser que alguien tenga una mejor y hay que animarse a encontrarla.

Inalde cumplió 25 años de labores

Inalde es la Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad de La Sabana, que opera desde hace 25 años. Se creó con el apoyo de otras escuelas y negocios de varios países y se dedica a la formación directiva y ejecutiva de la alta dirección de empresas y organizaciones colombianas y de la región. Ejecuta, entre otras, la metodología del caso desarrollada por la escuela de negocio de Harvard. Ofrece un máster en Administración de Negocios ( MBA por sus siglas en inglés) y programas de formación y desarrollo ejecutivo para presidentes de empresas y gerentes generales.

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