Fuente: https://www.larepublica.co

En estos días, la realidad de muchos es que nuestra vida profesional se derrama a nuestra vida personal. Revisamos el correo electrónico por la noche y los fines de semana.

Nos perdemos de eventos familiares, porque no podemos salir de la oficina. Y cuando lo hacemos, llevamos equipos de comunicación para estar conectados con el trabajo.

En artículos previos he alentado a los profesionistas a que manejen más proactivamente el equilibrio de su vida laboral-personal considerando sus prioridades y encarando conscientemente las formas en que el trabajo se inmiscuye en su vida privada.

Pero a la luz de los muchos que combinamos los horarios de trabajo con el tiempo personal, tal vez este consejo sea demasiado simplista.

Tal vez necesitamos aceptar el hecho que la clara demarcación entre el trabajo y la casa es una cosa del pasado, que la nueva norma es una vida que integra más imperceptiblemente estas dos esferas.Enfocarse en la “integración“ y no en el “equilibro“ del trabajo y la vida personal por lo menos tiene un par de implicaciones: la primera es que podemos dejar de sentirnos culpables por programar llamadas durante nuestras vacaciones o por revisar el correo electrónico por la noche.

Por la misma regla de tres, no tenemos que sentirnos culpables por hablar con amigos en la oficina.

La segunda implicación es que ya no tenemos que dividir nuestro tiempo tan rígidamente entre “horas de trabajo“ y “horas libres“.

En cambio, seamos flexibles en cuándo y cómo logramos nuestras metas laborales y personales.Por supuesto, la mayoría de las organizaciones no están estructuradas para acomodar a los empleados que quieren combinar su vida laboral y personal y, de hecho, muchas desaconsejan activamente este comportamiento.

Tomado de:  https://www.larepublica.co/archivos/ALTAGERENCIA/2011-10-11/integracion-del-trabajo-y-vida-personal-aumenta-el-nivel-de-productividad_139940.php