Fuente https://www.elcolombiano.com
Si bien la tasa del desempleo sigue bajando y ya se sitúa en 10,1 por ciento, no hay mucho para celebrar, a partir de los resultados del cuarto Informe Nacional de Trabajo Decente, presentado ayer por la Escuela Nacional Sindical (ENS) y correspondiente a 2010.
El año pasado la informalidad se mantuvo como el mayor empleador del país y el ‘rebusque’ como la forma más habitual de subsistencia para el 43,2 por ciento de los trabajadores. En Medellín, la informalidad fue del 48,4 por ciento (ver cuadro).
“El empleo aumentó en posiciones ocupacionales caracterizadas por su mayor informalidad, como lo son cuenta propia, que tuvo un incremento de 6 por ciento, y trabajadores familiares sin remuneración, que creció en 8 por ciento”, concluye el informe que reconoce en la baja formación académica la mayor dificultad para acceder a empleos formales.
Solo el 21,5 por ciento de los ocupados tenía nivel superior de educación y el 42,5 por ciento, la secundaria.
“Hoy unos 13 millones de trabajadores están en la informalidad y eso es el mayor riesgo para su propio proyecto de vida pues no tienen ninguna protección social, para la sociedad, por la exclusión que genera, y para el mismo Estado que ve afectadas sus finanzas”, resalta Luciano Sanín, director de la ENS.
Más preocupante es la situación de las mujeres trabajadoras. En 2010, de cada 100 hombres trabajadores, 68 estaban empleados, mientras que de cada 100 mujeres solo lo estaban 44, y de ellas, el 60,3 por ciento ganan menos de un salario mínimo, contra un 50,5 por ciento de hombres en igual situación.
Tampoco a los jóvenes les va mejor con una tasa de 26 por ciento de desempleo el año pasado. Ellos representan el 29,7 por ciento de la población en edad de trabajar en el país, con 10,3 millones individuos, de los cuales 4,79 están inactivos económicamente.
“En el caso de Medellín hay tres fenómenos que nos golpean particularmente: los bajos ingresos, la bajísima protección social y la informalidad, por eso es importante destacar la voluntad de la Alcaldía de impulsar una política pública de trabajo decente”, concluyó Sanín.
Frente a este informe, el gerente regional de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), Juan David Pérez, considera que si bien la informalidad es muy alta, no quiere decir que sea de bajo ingreso, pues hay un problema cultural de quienes hacen repulsa a “meterse en el paraguas de la protección social”. El dirigente gremial también destaca la voluntad de los afiliados a la Andi de promover en sus empresas el compromiso con pautas asociadas al trabajo decente.
