Fuente: https://www.larepublica.co
¿Qué tan frecuente es oír, en esta prolongada crisis, a alguien decir que su trabajo “tal vez sea malo, pero es un sitio para capotear la tormenta”? La gente está aguantando, agachando la cabeza y esperando, esa parece ser una de las realidades.
Sin embargo, hay coincidencia, en muchos trabajadores, que “no es el momento adecuado para cambiar de trabajo”. Pero la realidad es que esa misma frase se ha escuchado durante varias décadas, año tras año, incluso cuando no hay crisis.
Lo claro, dice, John Lees, un estratega de carreras profesionales del Reino Unido y autor de varios libros, es que independientemente, de si se deja o no el trabajo, lo importante es hacerlo por los motivos correctos.
“Avanzar a otra cosa debe consistir en encontrar un papel más idóneo para lo que puede ofrecer. Todos los trabajos son un compromiso, y es un error echar a la basura su parte del acuerdo. Identifique qué cosas no está dispuesto a aceptar en su carrera profesional. Empiece pensando en tópicos importantes como relaciones laborales, valores y confianza”, señala.
El presidente nacional de la Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip), Iván Darío Arenas, es claro en indicar que cuando se pierde la pasión por lo que se hace, es decir, por su trabajo, es mejor pensar en cambiar porque se puede entrar en una fase de no producción que puede ir en contra de la organización en la que labora.
“Muchas personas no son honestas consigo mismas y aún sintiendo que falta pasión, siguen porque no ven qué más hacer. Entonces, se quedan en posiciones muy vegetativas esperando, simplemente, un sueldo. Cuando hay pasión siempre hay interés por reinventarse, innovar y crear, independiente del tiempo que se lleva laborando en la firma”, agregó.
Pero Lees pone otros ingredientes sobre la mesa y dice que antes de abandonar el barco se debe buscar un salvavidas. “Recabe y descifre sus logros y motivos para hacer un cambio.
Redacte claramente una lista de deseos profesionales – en términos de con quién quiere conectarse y en qué organizaciones espera presentar una solicitud de trabajo – y respétela”, añade. A esto agrega que se debe analizarlos últimos tres años de trabajo. ¿Han sido tres años distintos o el mismo año repetido tres veces? ¿Qué ha aprendido? ¿En dónde ha dado de sí? Y lo más importante, ¿cómo va a hablar convincentemente de este segmento de su currículo cuando esté sentado frente a un reclutador? Sin embargo, quedarse no significa no hacer nada. La posibilidad de renegociar con el jefe algunos aspectos para motivarse no es una opción para descartar.
“¿Qué puede persuadir a su patrón para que cambie? A menudo mucho más de lo que se imagina. Tal vez dependa de usted encender la luz al final del túnel”, dice Lees.
Con esto último coincide el presidente de Acrip Valle, Juan Carlos Ramírez, no obstante indica que eso depende de la madurez de las partes. “Son múltiples las causas por las cuales un trabajador pierde el apego por el empleo: el factor económico, el ambiente laboral y las condiciones de trabajo. Si hay una comunicación abierta en la organización es posible encontrar alternativas a esas inconformidades que desmotivan al personal y rescatar gente. Ahora, se recupera a quien quiera ser rescatado, eso está claro”, puntualizó.
Las variables de tipo psicológico también cuentan
Las variables de tipo psicológico, en la opción de cambiar de empleo, pesan mucho, en concepto de la directora de Posgrados de la universidad Javeriana de Cali, Martha Cecilia Álvarez, porque tienen que ver con la construcción del proyecto de vida y búsqueda de nuevos retos y logros. “Hoy los jóvenes ejecutivos tienen muy baja tolerancia a la frustración, por eso no se perpetúan en un cargo. Por el contrario están buscando constantemente mejores cargos que impliquen crecimiento y desarrollo profesional”, agregó la académica. Los otros aspectos tienen que ver con variables económicas y de índole social.
