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No es nada nuevo que las empresas tengan que cumplir con ciertas normas o regulaciones en cuanto a sus productos o sus actividades, y ahí es donde radica la importancia de los certificados de calidad.

La certificación es el reconocimiento formal que hace un organismo independiente de la implantación y eficacia de un sistema de gestión de la calidad. Los organismos de certificación más conocidos son los institutos de normalización de cada país, como Aenor (España) o Afnor (Francia), y empresas, la mayor parte derivadas de actividades como la inspección de buques o productos, como Lloyds Register, Det Norske Veritas, Bureau Veritas, etc. Todas estas empresas certificadoras, a su vez, son controladas por entidades nacionales de acreditación, que verifican su buen hacer. Ejemplo, Enac en España

En este sentido, la importancia de que una empresa tenga un certificado de calidad radica en que al adquirir un producto o servicio de la misma, se tiene la garantía de que el proceso de fabricación o prestación de servicio, han sido definidos e implantados y se gestionan para satisfacer las necesidades del cliente, además de que el consumidor recibe información extra sobre el producto y genera confianza frente a sus competidores.

Los certificados de calidad, de manera general, se conocen bajo la denominación ISO, que publicó en 1987 sus primeros estándares de dirección de la calidad, los de la serie ISO 9000, destinados a ofrecer especificaciones de cómo crear e implementar la norma de calidad. Ésta es una familia de normas relacionadas con los sistemas de gestión de la calidad, elaboradas por el Organismo Internacional de Organización, más conocido como ISO.

En este sentido, es prácticamente imposible cuantificar el número de normas ISO existentes.

Álvaro Corral, ingeniero industrial de University of Strathclyde, aseguró que “existen un gran número de normas distintas, por ejemplo, hay de estandarización de humedades relativas en edificios, de calidad de ventanas, de procedimientos a la hora de hacer un plano de una casa, es decir, miles de temas diferentes”.

Además, como explicó Corral, “lo importante de las ISO es que supone la garantía de que detrás de ese producto, hay una serie de normas en cualquiera que sea el asunto del que se trate. En cuanto a la definición de una norma u otra, es por lo que existe el número que aparece después de ISO, éste es precisamente la especificación”.

Hay que destacar que las normas ISO aportan grandes beneficios a las empresas, como la diferenciación de la competencia, la apertura de nuevos mercados o el incremento de la reputación y mejora de la imagen de la empresa, pero no siempre se cumple el objetivo. Puede existir un efecto negativo, el cual está ligado a que no en todas las empresas se adoptan las normas como un sistema de calidad, sino que la motivación hacia el ISO es más un certificado necesario que otorga ventajas competitivas, alejándolos del propósito inicial de la misma norma.

Por esto, es necesario entonces que antes de iniciar un proceso ISO se intervenga la cultura de la empresa y el mismo clima, orientándolo hacia una posición favorable o propicia para recibir el sistema de calidad que se propone en el sistema ISO.

Adrián López, personal docente investigador de la Universidad Carlos III de Madrid, consideró que “si no se atiende previamente la cultura organizacional y si no se crean las condiciones favorables del clima laboral, el efecto del sistema de calidad ISO será visto como otra de las tantas tendencias o teorías administrativas que han hecho parte de la proliferación de los tantos enfoques organizacionales que pasan de moda. Por ello, muchas empresas certificadas, lo único que les importa lograr es el certificado y no lo que este supone”.

En el caso de Colombia, Camilo Triviño, director de programa Ingeniería Industrial de la Universidad Sergio Arboleda, explicó que “las normas de calidad se implementaban para todas las empresa, pero varían según el sector. Estas, aunque son internacionales, en cada país hay un organismo regulador diferente. En el caso de Colombia es el Icontec, de forma que se le llama Icontec ISO 9.000”.

Exigencias con el TLC

Con la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, las empresas locales van a tener un plus de exigencia para poder competir en un mercado mucho más amplio, y en este sentido, dichas certificaciones de calidad, se convierten en imprescindibles.

De esta forma, y como agregó Triviño, “ahora todas las empresas tienen que estar estandarizadas para que no haya problemas en cuanto al intercambio de productos. Las empresas internacionales lo están. Ahora con el TLC si se quiere exportar y no se está bajo la norma, los productos pueden tener dificultades, ya que esas normas se generalizan a nivel mundial”, concluyó.

En Colombia se rigen bajo Icontec

Icontec es una empresa multinacional, cuyo objetivo se centra en ayudar al desarrollo sostenible de las organizaciones en el continente. Trabaja desde 1963 para fomentar la normalización técnica, la metrología, la evaluación de la conformidad y la gestión de la calidad en Colombia, Centroamérica y Suramérica.

Como Organismo Nacional de Normalización, Icontec representa a Colombia ante organismos de normalización internacionales y regionales como la Organización Internacional de Normalización (ISO), la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC), y la Comisión Panamericana de Normas de la Cuenca del Pacífico (Copant). También es miembro activo de los más importantes organismos regionales e internacionales de normalización, lo cual le permite participar en la definición y desarrollo de normas internacionales y regionales.

Es un organismo con cubrimiento mundial, gracias a su vinculación a la Red Internacional de Certificación, IQNet, que integra a las entidades certificadoras más importantes, con más de 150 subsidiarias alrededor del mundo y más de 40 acreditaciones.

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