Fuente: https://www.portafolio.com.co/

Esto  posicionará a nuestro país como un gran destino de inversión extranjera.

Los empresarios colombianos enfrentan el enorme desafío de la internacionalización. El Gobierno avanza a pasos agigantados en la consolidación de una agenda comercial que permitirá acceder en forma privilegiada a mercados importantes y posicionará a nuestro país como uno de los destinos de inversión extranjera más significativos de América Latina; el anterior es, sin duda, un escenario que ofrece importantes oportunidades,pero también alerta a los participantes sobre la presencia de nuevas reglas de juego que incrementarán de manera significativa los riesgos asociados a la actividad empresarial.

El éxito dependerá, en gran medida, de la capacidad que tengan nuestros empresarios para adaptarse a un marco de negocios cada día más complejo en donde la reputación, el gobierno corporativo, los desafíos tecnológicos, la seguridad de la información, la fidelización del recurso humano y la responsabilidad social serán cada día factores más determinantes para asegurar la sostenibilidad y el reconocimiento de los mercados.

Esta circunstancia debería llevar a las empresas a replantear la forma en que se relacionan con sus grupos de interés, ya que el compromiso de cada uno de ellos dependerá, en gran parte, de la posibilidad de construir un espacio interdependiente en donde se reconozcan mutuas expectativas y se avance en la construcción de un objetivo común, cuyo resultado los beneficie a todos.

La visión internacional en este sentido es lo suficientemente estricta como para encender todas las alarmas, a tal punto que el nuevo lenguaje empresarial se desarrolla alrededor de una serie de variables que van mucho más allá de lo técnico o lo comercial, incorporando aspectos que impactan de manera directa el valor de las empresas y que se han convertido en verdaderas barreras comerciales que dificultan el acceso o la permanencia en los mercados.

La reputación se ha posicionado como un tema de supervivencia, razón por la cual las organizaciones buscan fortalecer su estructura administrativa y ampliar su capacidad de control interno, con el propósito de garantizar a los mercados transparencia en sus actuaciones y a los Gobiernos el cumplimiento de normas internacionales en materia de corrupción.

Tal es el caso de la Fcpa (Foreing Corrupt Practice Act), expedida por el Gobierno americano, cuyo propósito es evitar que las compañías americanas que tienen operaciones fuera de Estados Unidos incurran en sobornos a funcionarios públicos locales, con el fin de obtener prebendas o beneficios alrededor de las actividades económicas que desarrollan.

Pero la ley va mucho más allá y somete a cualquier empresa extranjera que tenga relación directa o indirecta con Estados Unidos. Esto significa que una firma Colombiana que sea destinataria de recursos provenientes de inversionistas americanos o sea proveedora de compañías americanas debe garantizar que ha tomado las medidas necesarias para contrarrestar estos riesgos.

Lo anterior es de vital importancia para nuestros empresarios, ya que muchos de ellos aspiran a hacer presencia en el mercado público de valores de Estados Unidos y otros aguardan impacientes la aprobación del TLC. No obstante, el Gobierno americano no es el único que avanza en este sentido, la banca multilateral, la organización para la cooperación y el desarrollo económico, y países como Inglaterra, han dado pasos en la suscripción de acuerdos anticorrupción que obligan de manera explícita a aquellas organizaciones con las que establezcan algún tipo de relación.

El círculo se estrecha, los bancos más importantes del mundo, varios de ellos con presencia en Colombia, se han unido alrededor de una inciativa denominada ‘Los principios del Ecuador’, que busca que los beneficiarios de créditos se comprometan a evaluar los impactos sociales y ambientales de los proyectos que desarrollan, y presenten los respectivos planes de mitigación.

Esto significa que están apareciendo barreras para acceder al crédito, que obligan a las empresas a someterse al cumplimiento de ciertos parámetros de conducta so pena de ver limitada su real capacidad de endeudamiento.

En materia ambiental, nos enfrentamos a una legislación cada día más estricta siendo este uno de los principales retos para nuestro país a propósito del boom de la industria minero- energética y de la presencia de tantas empresas multinacionales en el sector. Colombia avanza en la dirección correcta, vivimos un agresivo proceso de internacionalización que no tiene marcha atrás, nos presentamos ante el mundo como un país de instituciones sólidas, con un alto grado de estabilidad jurídica y un extraordinario clima de negocios.

Tenemos una industria pujante y un sector financiero muy bien consolidado. Lo anterior implica que las condiciones están dadas, ahora debemos garantizar a la comunidad internacional que nuestra clase empresarial cree en que es posible adoptar una nueva forma de hacer negocios en donde el respeto por los derechos humanos, la transparencia en el manejo de la información, la libre asociación sindical, la protección al medio ambiente, la lucha contra la corrupción y el respeto por las comunidades harán parte de su día a día.

Este es, quizás, uno de los retos más importantes para quienes buscan participar exitosamente en un contexto globalizado, y será un factor determinante para asegurar la sostenibilidad de las organizaciones y, garantizar, en gran medida, la generación de valor para sus accionistas.

El mundo recién supera una amarga experiencia, que minó significativamente la confianza en los mercados y afectó de manera inexplicable la capitalización bursátil de las empresas. Lo anterior, de alguna manera, explica que el éxito empresarial se encuentre asociado a una serie de intangibles que fortalecen la confianza y que el mercado cada día reconoce con más fuerza.

Nadie duda de la gran capacidad de nuestros empresarios, de su habilidad y su pujanza, pero no olvidemos la importancia de liderar un verdadero cambio cultural que garantice la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, lo cual, sin duda, contribuirá significativamente a garantizar la sostenibilidad de nuestras empresas.

LUIS FERNANDO MARÍA CASTAÑEDA. Consultor privado [email protected]

Tomado de: https://www.portafolio.com.co/opinion/analisis/condiciones-para-entrar-al-mercado-global_8170900-3