Los colombianos tendrán, muy seguramente, que ir ajustando sus bolsillos en aras de pagar el favor estadounidense de legitimar el acuerdo de libre comercio. Tal y como pasó en Chile, la desgravación arancelaria obligará al Ejecutivo a recuperar ese ingreso por la vía de mayores cobros tributarios.

Esta coyuntura, al igual que la venidera con Corea y Canadá, le servirá al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos para impulsar la reforma tributaria estructural de la que tanto se ha hablado.

Para muchos expertos el tema del libre comercio no da para tanto, pero el asunto es sencillo. Cuando en la casa alguien pierde su empleo o percibe un ingreso inferior, lo más recomendable es tomar medidas de ajuste en el gasto y obviamente implementar otras que conlleven recibir más para evitar traumatismos financieros.

Como en los hogares colombianos, el Estado vivió, evolucionó y mantendrá la tendencia de operar al debe. El asunto es que si no hay suficiente ingreso para pagar obligaciones, solventar el funcionamiento del aparato estatal y tener una caja medianamente generosa para inversión social, el asunto se vuelve perentorio y habrá que buscar mayores ingresos.

Sin los impuestos de aduana y de comercio internacional, habrá un bache para nada de poca monta que obligará a las autoridades económicas del país, en cabeza del Ministro de Hacienda, a buscar el mecanismo que compense lo que dejará de recibir su cartera por los acuerdos de comercio.

En Colombia se habla de la implementación del TLC con Estados Unidos en un término de seis a ocho meses, pero la verdad es que ello tomará algo más de un año porque hay asuntos contractuales y estructurales que revisar antes de abrir los insuficientes puertos y de ponerle mayor peso a las deterioradas vías que difícilmente recibieron algún tipo de mantenimiento.

Con el factor desmonte de aranceles y con las necesarias y obligatorias inversiones en infraestructura, el Estado debe estar pensando en mayores ingresos, pero para ello el endeudamiento no será la única vía, más cuando soplan vientos de mayor recesión internacional y cuando la banca multilateral y privada tendrá por ende mayores prevenciones.

El asunto es técnico y hace pensar en un cambio en la forma de cobrar los impuestos y en las tarifas de los mismos. Las preguntas que surgen son: ¿somos de verdad eficientes en el cobro de impuestos y en el ejercicio de atacar la evasión de las obligaciones tributarias?, ¿hemos hecho la tarea de combatir los carteles del contrabando, no solo de las zonas de frontera, en donde denuncian ingreso de alimentos con escolta, sino en los puertos?

Tomado de: https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/1-2012-con-tlc-es-urgente-reformar-impuestos.html