Confianza, credibilidad y reputación son tres acciones vivas buscadas incansablemente por todas las empresas hoy en día. En algunos casos esta exploración se vuelve infructuosa y por más que las organizaciones desarrollen labores encaminadas a lograrlo no lo consiguen.
Colombia, por ejemplo, país que ostenta, además de los múltiples títulos que todos conocemos, un honroso octavo lugar a nivel mundial en la creación de empresas y un tercer puesto en Latinoamérica, 40% de las cuales, según el Global Entrepreneurship Monitor, nacen por necesidad; se convierte en el escenario perfecto para discurrir en estos temas.
Sin lugar a dudas, estos alentadores datos nos dan a entender el espíritu emprendedor propio del colombiano; pero así como existe este empuje creativo en nuestros compatriotas, ¿habrá una labor precisa, en cuanto a comunicación estratégica al interior y exterior de las empresas?
Al respecto, una investigación del Observatorio Metropolitano de Comunicación Organizacional, de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga desarrollado en empresas del área metropolitana de la capital santandereana, arrojó varios puntos de interesante discusión, que aunque no pueden determinar a ciencia cierta una tendencia nacional, si nos pueden dar algunos significativos parámetros. Entre ellos contamos con que la mayoría de las organizaciones en esta parte del país pertenecen al grupo de las pequeñas y medianas empresas, y no se encuentran dentro de sus prioridades una directriz definida para la comunicación interna y externa.
Igualmente, al indagar con los gerentes y directores sobre la necesidad de promover la creación de departamentos de comunicación e imagen, manifiestan no haberlo considerado, en cuanto a las empresas que afirman contar con los servicios de un departamento de comunicaciones, la mayoría de ellos no son autónomos, dependen de las oficinas de talento humano y no poseen un plan estratégico de comunicación estructurado y definido.
En este sentido, la comunicación se está asumiendo de manera reactiva y poco recíproca con los demás procesos de la organización. Algunas compañías han olvidado que la comunicación es un proceso coyuntural que está inmerso en todos los aspectos de la vida y del ámbito empresarial que no es ajena, al contrario, la comunicación es un eje fundamental para que todo fluya de la mejor manera.
En esta relación, casi todos los estudios que se han hecho para identificar los problemas de las organizaciones han revelado que más del 80% de estas dificultades halladas, tienen su origen en una inadecuada comunicación. Algunas organizaciones han unido esfuerzos para contrarrestar estos apuros apremiantes, pero otras han hecho caso omiso y hoy en día adolecen de profesionales idóneos para combatir los conflictos y las crisis. Es como la decisión de auto medicarse o buscar la asesoría de un profesional de la salud con capacidad de emitir un diagnóstico apropiado. Igual pasa en las organizaciones, en los problemas de comunicación ¿se acudirá al primer remedio? O por el contrario, se busca el apoyo del director de comunicaciones y su equipo. El punto aquí es saber cuál es el medicamento adecuado, si no estamos educados al respecto nos confortaremos con un analgésico y ¿un analgésico será acertado? En fin, saldrían un sin número de dudas, de las cuales podríamos tener todas las respuestas que se nos vinieran a la cabeza, pero ya en un plano real esta incertidumbre no sería buena. Solo el conocimiento, la experiencia y la práctica aseguran la adecuada ejecución de una estratégica decisión.
En tal sentido, debemos tener en cuenta que una buena comunicación estratégica alcanza la anhelada confianza, credibilidad y reputación, no se limita solo a los medios, discursos o posturas (que serían los medicamentos primarios), es una de las herramientas primordiales, sino la más importante, para el logro de los objetivos de la organización. De seguro un buen torrente de comunicación, teniendo en cuenta el entorno, conociendo a fondo los públicos y las audiencias internas y externas de la empresa, certificará el éxito de cualquier organización.
