arancel

Fuente : www.larepublica.com.co

Tal y como está, la reforma arancelaria que decretó el Gobierno en noviembre de 2010, llevará al sector textil – confección a pasar tragos amargos, más ásperos que los efectos que tiene en la cadena la misma revaluación del peso.

Ayer, durante la asamblea que tuvo la Cámara de Algodón, Fibras, Textil y Confecciones de la Andi, en el marco de Colombiatex de las Américas 2011, los empresarios le pidieron al Gobierno que haga un reajuste urgente a los aranceles que afectarán la industria.

Oscar Iván Zuluaga Serna, presidente de Fabricato, aunque fue conservador a la hora de hablar de las consecuencias para las textileras, contó que el impacto “es alarmante y no me atrevo a dar las cifras preliminares que ya tenemos sobre el daño que esto nos puede hacer”, dijo.

Para el caso de la cadena textil-confección, la reforma establece baja en los aranceles en un 10% en las telas y un 5% en las confecciones. En total, son 4.000 partidas arancelarias de empresas de la metalmecánica, la industria siderúrgica, de plásticos, calzado, cuero, textiles y papel que están cobijadas con la norma gubernamental.

Por eso, en coro los industriales se unieron para reclamarle al viceministro de Desarrollo Empresarial, Carlos Andrés de Hart, una modificación de esas normas.

“Pero no somos muy optimistas”, opinan conjuntamente los empresarios después de escuchar los planteamientos del funcionario gubernamental que se hizo presente a la inauguración del primer gran evento del sector.

Álvaro Hincapié, presidente de Enka, sostuvo que la reforma tiene inequidades a la hora de establecer el gravamen en materias primas semielaboradas y elaboradas. Inquieto, narró que el problema que se viene para el sector es muy grande y no se ven soluciones claras por parte del Ejecutivo.

Para María del Mar Palau, directora de la Cámara de Algodón, Fibras, Textil y Confecciones de la Andi , lo que debe hacer el Gobierno es un análisis individual a la hora de hacer los ajustes de la reforma.

“Lo que pedimos es un ajuste que tenga en cuenta lo que tenemos, los avances, los niveles técnicos existentes y los tecnológicos de nuestra industria. No es cambiar porque sí, es hacer modificaciones que midan los grados de complejidad y que sea de manera ordenada”, dijo.

La vocera de los empresarios del sector textil se mostró confiada en las políticas que trazará el Gobierno con la industria y por eso insistió en que se le debe dar tiempo. “Veo con muy buenos ojos que en el sector hagamos un autoexamen porque si queremos un sector de clase mundial, nosotros somos los que debemos construir y no podemos sentarnos a esperar lo que plantee el Gobierno”, recalcó.

El fondo es la competitividad

El viceministro de Desarrollo, Carlos Andrés de Hart, respondió que más que hablar de reforma arancelaria, lo que se debe analizar son las medidas que viene adelantando la administración Santos para mejorar la competitividad de los diferentes eslabones del engranaje económico. El funcionario mencionó, por ejemplo, las acciones tomadas en asuntos como la mejora de la infraestructura, financiación de las empresas, la disminución de los costos de energía y la lucha contra el contrabando. “El Gobierno no solo está oyendo a los textileros, está analizando todas las inquietudes para establecer si se justifica alguna medida que con un criterio general toque a todo el universo arancelario”.

Es importante hacer la planeación estratégica

Según el viceministro de Desarrollo Empresarial Carlos Andrés de Hart, el efecto en cada sector es diferente y es entendible que se generen quejas y reclamos, “pero hay otras medidas complementarias que van a favor de la competividad de la industria”. El funcionario De Hart dijo que el Gobierno invitó a la cadena textil-confección a construir la planeación específica, para tomar medidas que vayan a favor del negocio. Sin embargo, reconoció que todavía hay mucho por hacer en esta materia.

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