Después de seis años de desacuerdos, empresarios, sindicatos y el Gobierno lograron concertar el salario mínimo mensual, que devengarán cuatro millones de trabajadores colombianos en el año 2012, representando un ajuste a la pobreza, de 5,8%, por lo que el salario quedará en $566.700, es decir, $31.100 más.

El acuerdo en la Comisión de Concertación Laboral se produjo luego de que los empresarios subieran del 4,75% al 5% su oferta de reajuste, mientras los sindicatos bajaran sus pretensiones del 8% al 7%, concertando el 5.8%.

Así las cosas, con el incremento de 5,8 por ciento, los colombianos recibirán $31.100 más, $566.700, más $67.800 del subsidio de transporte, es decir que el salario mínimo, que regirá a partir del 1º de enero de 2011, queda en su totalidad en $634.500, con el objetivo de reducir la pobreza. Pese a que en los últimos años se han producido importantes modificaciones al régimen laboral colombiano, la realidad del mercado de trabajo y los niveles de pobreza, en lugar de mostrar mejoría, registran aumento de la precarización laboral y el menoscabo de algunos indicadores, los cuales parecen cambiar sólo a partir de maromas metodológicas.

Aunque las definiciones e indicadores varían, se señala que el nivel de pobreza de Colombia es de 45.5%, el de indigencia 16.4%, ubicándolo entre los países más desiguales de América Latina, que en el año 2010 el 27.78% de la población colombiana tuvo necesidades básicas insatisfechas -NBI-.

Igualmente, se indica que tan solo el 50.4% de los ocupados están afiliados al régimen contributivo de salud, y el 46.7% hace parte del régimen subsidiado y el 2.9% faltante corresponde a los afiliados a regímenes especiales. Pero es más limitado aún el acceso al Sistema General de Seguridad Social en Riesgos Profesionales, que parece un tema olvidado de las políticas públicas y de los objetivos de la protección social en Colombia, pues las dos terceras partes de la población ocupada están excluidas del sistema de riesgos profesionales.

De otro lado, encontramos que la formación académica es una de las principales barreras para acceder a empleos formales, pues sólo el 21.5% de la población ocupada tiene un nivel superior de educación; el 42.5% sólo tiene la secundaria, lo que afecta directamente el nivel de ingresos, de la cifra de personas ocupadas a nivel nacional, el 46.4% recibe menos de un salario mínimo mensual, seguido del 31.9% que recibe ingresos de entre uno y menos de 2 salarios mínimos legales vigentes. Así las cosas, los trabajadores promedio se ven obligados a buscar métodos de subsistencia a través del rebusque y el empleo informal, que se ha convertido en el gran empleador del país.

Los nuevos contratos evaden las obligaciones que se derivan del contrato de trabajo, como son la afiliación a la seguridad social en salud, pensiones y en riesgos profesionales. Esto se evidencia en los contratos temporales, los contratos a través de cooperativas y los de prestación de servicios, que implican que, o no se cotiza al sistema pensional, o se cotiza esporádicamente, generando una pobre calidad de vida en las personas cuando llegan a la tercera edad.

En conclusión, el ajuste salarial anual, no cambia la realidad de los ingresos bajos que recibe la inmensa mayoría de colombianos, que además son insuficientes para la subsistencia, demostrando el nivel que alcanza la desigualdad en el país y resaltando las condiciones de inequidad y exclusión social por razones de pobreza.

Antecedentes Después de seis años de desacuerdos, empresarios, sindicatos y el Gobierno finalmente, Colombia reajustó el salario mínimo mensual de los trabajadores en el 5,8% para el año 2012, quedando en $566.700, es decir, $31.100 más, que no parecen transformar las condiciones de vida digna de los trabajadores como señala la Constitución.

Tomado de: https://www.larepublica.com.co/portal/index.php/asuntos-legales/2116-97961