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Reorganizar tu firma genera estrés, pero fortalece al equipo y revitaliza las estrategias.

Rediseña tu compañía

Las reorganizaciones esporádicas son fundamentales en el mundo empresarial, ya que tienen un alto potencial para revitalizar las estrategias y las fortalezas dentro de una empresa, asegura la firma de consultoría global The Boston Consulting Group (BCG).

De acuerdo con el artículo de la BCG, “La desmitificación del diseño de las organizaciones”, publicado en la edición septiembre de 2011 de la revista ExpansiónCEO, una reorganización contribuye a que las compañías sean más eficaces y eficientes mediante la búsqueda y la corrección de tareas innecesarias, estructuras poco funcionales y la falta de correspondencia entre estrategias y diseños.

Según los asesores en estrategias de negocios a nivel mundial, para que una empresa tenga éxito en su reorganización es necesario que sus líderes tengan una idea clara de la estructura de la compañía y las funciones que desempeñan sus colaboradores.

De esta forma, el nuevo diseño que se implemente descenderá como cascada por toda la organización y los gerentes de todos los niveles obtendrán una perspectiva clara y en tiempo real de la manera en la que se están dando las transformaciones.

Además, en las industrias en las que los cambios son constantes e impredecibles, las reorganizaciones les pueden permitir crear una adaptación continua a un panorama de cambio constante.

The Boston Consulting Group asegura que es posible crear una reorganización transparente, exacta y eficiente en cinco pasos que se describen a continuación.

1. Conoce la estructura de la empresa

Lo primero que debe de hacer el equipo dirigente de la reorganización es reunirse con el área de recursos humanos y los líderes empresariales para capturar los datos de todas las personas de la compañía y sus respectivas funciones.

Aunque esta labor puede ser agotadora si la estructura de la empresa es compleja o muy grande, obtener dicha perspectiva permitirá identificar las oportunidades de mejora de los empleados, que generalmente se relacionan con la eficiencia y la eficacia.

Es importante atender dichos síntomas de ineficiencia, ya que es probable que se esté generando duplicidad de funciones y responsabilidades, además de un rendimiento inferior a la norma con respecto a los compañeros de trabajo.

Por su parte, los problemas relacionados con la eficacia pueden impedir las estrategias de la empresa o afectar directamente su ventaja competitiva.

Al analizar las oportunidades para mejorar las operaciones empresariales, se tendrá una idea del aspecto que podría tener la organización que se pretende. También establece una justificación clara para los difíciles cambios que se avecinan.

2. Crea y cultiva los nuevos objetivos

Para construir el nuevo diseño se tienen que establecer los objetivos claves sobre los que se conformará la reorganización, como la estructura, los incentivos y los sistemas de gestión del rendimiento.

Unos objetivos bien planteados son garantía de que la nueva organización estará en sintonía con los fundamentos de la empresa. Los datos y el análisis deben ser los que impulsen los objetivos, aunque deben ser los líderes quienes hagan suyos dichos objetivos, ya que éstos tendrán poco sentido sin el apoyo adecuado.

Una vez establecidos, los objetivos se dan a conocer a los líderes principales, quienes los comunican a sus respectivas partes de la organización y ponen en marcha la primera ola de cambio.

Al plantearse los objetivos es necesario que también se haga una hipótesis para describir el estado futuro en el que se encontrará la empresa.

Si bien los objetivos dan forma a la organización, son los líderes principales quienes tienen la oportunidad de desarrollar y poner a prueba distintas combinaciones de la estructura con miras a definir la que mejor cumpla los objetivos específicos.

3. Consolida una nueva cultura 

Como toda nueva práctica es importante que el nuevo diseño se consolide a través de la cultura de la empresa. Es necesario que los empleados se comprometan en la nueva reorganización.

La cultura es importante porque describe cómo se hacen las cosas en una empresa. Va de la mano con la estrategia de la organización y sus ventajas.

El compromiso, medido por la voluntad de los empleados de hacer un esfuerzo adicional por la empresa, con frecuencia se desvanece durante la reorganización; sin embargo, es fundamental para que el cambio se afiance. Con esto en mente, la organización debe consolidar las conductas, las estructuras y los procesos que faciliten la cultura deseada y el nivel de compromiso.

Por encima de todo, los elementos que son fundamentales para el compromiso deben considerarse por separado del esfuerzo de la compañía por ser más eficiente y por racionalizar su estructura.

Al final de este paso, la empresa habrá llegado -mediante una combinación de análisis e iteración- a un proyecto convenido para la nueva estructura; un proyecto que consolide su estrategia, sus fortalezas y la cultura, además de conservar, en la medida de lo posible, el compromiso de los empleados.

4. Distribuye a los talentos

Es necesario que en la reorganización se tenga claro quiénes son los actores más importantes e indispensables para una iniciativa estratégica específica o que tengan conocimientos y competencias de especialización.

De esta manera, se puede desarrollar un plan para vincular a los empleados con ciertas aptitudes con las nuevas funciones que se hayan originado en el nuevo diseño.

La parte más importante de este proceso será garantizar que las capacidades individuales coinciden con los requisitos propios de cada función. Una unidad que tenga un exceso de talentos puede coordinarse con un grupo complementario que tenga vacantes.

Para ayudar a que las personas en sus nuevas funciones se pongan al día rápidamente, las empresas deben desarrollar un proceso robusto de incorporación.

En la medida en la que las necesidades de personal se evalúan y abordan, la base de datos se actualiza para reflejar estos cambios. La transparencia ayuda a eliminar la ineficacia y la confusión que generalmente acosan a las reorganizaciones.

Para que una reorganización eche raíces, debe ponerse en marcha de forma escalonada y por jerarquías, de “arriba” hacia “abajo”. Así se garantiza la comprensión de los cambios y, lo que es aún más importante, que cada jerarquía los haga suyos antes de que éstos pasen al escalafón siguiente.

5. Analiza los resultados y logros

Una vez implementado el plan de diseño es importante que se desarrolle una estrategia de comunicación que permita coordinar el plan de transición y la gestión programática.

Igualmente, las empresas deben definir cómo se darán los puntos de rendición de cuentas, por ejemplo, se debe de analizar cómo será evaluada la gestión de aquellos individuos a los que se les asignaron objetivos específicos dentro de la reorganización.

Por su parte, las iniciativas individuales tienen que recibir el apoyo por parte de los líderes para que se sometan a pruebas estrictas antes de su inicio.

Además, las empresas deben tener una perspectiva progresista de su avance y cotejarlo con logros importantes, para que puedan identificar las iniciativas que están en riesgo de rezago y adoptar medidas correctivas antes de que peligre la entrega de resultados importantes.

Los líderes de la empresa deben preguntarse si se ha logrado lo que se había propuesto al comienzo de la reorganización. A nadie le gusta los rediseños, pero se les valora por sus resultados. Por otra parte, la capacidad de adaptación se está convirtiendo en una fuerza en sí misma.

En la medida en la que los impulsores del éxito en varios sectores empresariales sigan adaptándose a los cambios que les impone su entorno, las ventajas se acumularán inevitablemente en las empresas que posean la visión y las competencias para mantener sus organizaciones en sintonía con sus objetivos.

Tomado de: https://www.cnnexpansion.com/ceo/2011/09/05/redisena-tu-compania