Desde los más diversos ángulos, la iniciativa fue objeto de críticas, con el argumento de que es antitécnica y no resuelve los problemas de fondo.

Como se recordará, la propuesta busca no solo cubrir el faltante de 12,5 billones que tiene el presupuesto del 2015, sino que se extiende hasta el 2018, con lo cual recaudaría más de 53 billones de pesos. Los principales elementos para conseguir esa meta son la prórroga del impuesto al patrimonio, en condiciones un poco menos onerosas que las actuales, al igual que la extensión del desmonte del gravamen a las transacciones financieras.

Adicionalmente, se dejaría permanente un aumento de un punto en el impuesto Cree, que tenía carácter temporal, y se establecería una sobretasa por tres años del mismo tributo. Esa sería una manera de cobrar más teniendo como base a la renta y no el capital neto.

No obstante, el esquema en el fondo sigue siendo el mismo. Otra vez el esfuerzo adicional se concentra en un grupo reducido de contribuyentes y se apoya en mecanismos poco ortodoxos. Como consecuencia, las tasas de tributación efectivas se disparan y se ubican en los niveles más altos de la región, algo que opera como un desestímulo en contra de la inversión productiva.

Debido a ello, el Consejo Gremial Nacional dio a conocer un comunicado en el cual insiste que el hoyo fiscal del próximo año se financie por una sola vez con una sobretasa, mientras se convoca una misión técnica para proponer la ansiada reforma estructural que los especialistas defienden y debería despejar el horizonte de ingresos del Estado de una vez por todas.

Falta ver si la propuesta cae en terreno fértil. En cualquier caso, todo indica que la discusión del articulado no será fácil y que el Gobierno tendrá que esforzarse mucho para sacarlo adelante.

Tomado de: www.portafolio.co/opinion/prospectiva-tiempo-impuestos