Aunque se habla de teletrabajo desde 1973, la práctica es escasa en Colombia.

El teletrabajo es bueno para las ciudades porque, aplicado en una escala mínima, permite mejorar la movilidad y reducir el daño al medio ambiente. Para ello, los acuerdos sobre formas “plásticas” de trabajo residencial forman parte de planes de lo que ahora se denomina movilidad corporativa.

En el ámbito de las empresas privadas y las organizaciones públicas es claro que hay actividades en las cuales ciertas modalidades de teletrabajo pueden ser aplicadas y otras en las que no es posible. En una línea aérea es obvio que las labores del piloto y la tripulación no son “teletrabajables”, pero sí los son las contables, financieras, jurídicas, de atención al cliente, entre varias. ¿Por qué hay pocos empleados vinculados a figuras de teletrabajo?

Dentro de varias explicaciones, sorprende la de la confianza: empleadores y jefes de recursos humanos suelen creer que la presencia física de los trabajadores en la sede de la empresa garantiza el control laboral. Si fuesen conscientes del desperdicio de tiempo in situ…

Con un programa adecuado, con acuerdos de confianza sobre entregables y de supervisión, con las medidas para garantizar el uso confidencial de la información, programas de capacitación para los teletrabajadores, los beneficios para las empresas van directo a los estados financieros. A manera de ejemplo, los ahorros en términos de espacio, subsidio por transporte, cafetería, servicios públicos, reducen gastos de operación. Un programa de teletrabajo integral que contemple las dimensiones jurídica, administrativa, financiera y de formación, se traducirá en mejores ingresos.

Finalmente, los beneficios para los empleados son evidentes. Acuerdos de teletrabajo pueden ser suscritos, por ejemplo, con mujeres cabeza de hogar, con personas en alguna situación de discapacidad; o sólo en algunos días de la semana para segmentos más amplios. Piénsese en la calidad de vida de una persona que gasta tres horas al día movilizándose y que, por virtud del teletrabajo, puede invertirlas en sus hijos, amén de cumplir con las obligaciones laborales.

A diferencia de hace 40 años, las tecnologías permiten que nos comuniquemos donde, cuando y como lo queramos, en contextos colaborativos. ¿Por qué no para aplicar modalidades de teletrabajo?

Para que sea un éxito, siguiendo a Mockus, todos deben poner. La buena noticia es que el gobierno de Colombia ha realizado avances normativos importantes (ley 1221/2008; decreto 884 de 2012). Los ministerios de Trabajo y TIC han invertido esfuerzos notables en lo que resulta hoy el reto clave: que empresas privadas e instituciones adopten modelos audaces de teletrabajo.

Tomado de: https://www.elespectador.com/opinion/teletrabajo-bueno-todos-columna-488033