Cuando crees que eres más que los demás o que has tocado el cielo con las manos por el hecho de que tu talento es reconocido, la gente te conoce y estás ganando tu propio dinero, lo más probable es que esta actitud te lleve más rápido a perder aquello que has ganado. Y no solo eso: a perder el amor de las personas que te quieren, que te apoyan y que han estado a tu lado.

“A los niños estrella los alaban y les aseguran que todo lo que hacen está bien y ellos se lo creen, cambian su conducta, se siente intocables y lastiman con esa forma de ser a quienes estamos cerca de ellos, como en mi caso”, comenta Myriam, una mujer de 44 años, ama de casa, que apoyó siempre a su hija.

Cuando tenía 17 años, Laura consiguió una beca para bailar en una importante academia de Nueva York. Myriam y su esposo la apoyaron  y aunque están seguros de haberle inculcado buenos valores, cuando su hija regresó de vacaciones después de seis meses de clases, su cambio los dejó atónitos.

“Ya no saludaba a las personas que nos colaboraban con el servicio, no quería escuchar lo que nosotros teníamos para contarle. Solo hablaba de ella y le parecía que Bucaramanga era demasiado insignificante. No aceptaba ninguna corrección a su comportamiento y creía que éramos nosotros los que debíamos recibir regaños por no ser tan altivos como ella”, explica Myriam.

Tristemente, el comportamiento de Laura aisló a su mejor amiga y pronto encontró compañeros que la iniciaron en el cigarrillo y en los desórdenes alimenticios. “La vida de mi hija era un caos. Tuvimos que traerla de regreso e internarla”, concluye Myriam.

Es muy posible que tu caso no sea tan grave. Que tu creas que sigues siendo la misma persona a pesar de tu éxito y de lo bien que te va en la vida, pero podrías preguntarte: ¿qué pienso de mí mismo? y así darte cuenta si estás siendo humilde y responsable con esas habilidades que te hacen sobresalir ante los demás.

 

CONSEJOS PARA PADRES

 

Tips para ser exitoso y responsable

 

Emilia Gómez

 

1Ser proactivo: ayude a su hijo a tomar control y responsabilidad de su propia vida y a no culpar a los demás por sus errores.

 

2Un plan de vida: si su hijo no está claro sobre qué es lo quiere hacer en su vida, sobre la persona que es y sus valores, entonces pasarán mucho tiempo preguntándoselo y este tiempo se perderá y serán influenciados por las opiniones de otros. Ayúdelos a crearse una misión en la vida que los guiará a obtener sus metas.

 

3Establecer prioridades: establecer qué cosas son importantes y qué viene, en primer lugar ayudará al adolescente a mantenerse enfocado. Anteponer lo importante también le permitirá vencer sus miedos en los momentos difíciles.

 

4Pensar en ganar: no como una competencia, sino como una meta para sí mismo, lo cual lo ayudará a encontrar beneficios en cualquier situación que se le plantee.

 

5Primero entender y luego ser entendido: muchos chicos no escuchan bien y muchos se sienten frustrados porque no se siente escuchados y nadie los entiende. Sin embargo, entender lo que pasa en el mundo y lo que se le dice es lo primero y luego, hacerse entender en sus deseos.

 

6Trabajar en grupo: el trabajo en equipo en las actividades le permitirá no sentirse completamente agobiado por las circunstancias, lo ayudará a ser más receptivo y a compartir el éxito.

 

7Mantener la autoestima: cuando un adolescente mantiene su autoestima fuerte lo hace frente a la vida de una mejor manera. Lo anterior se puede conseguir cuidando las cuatro dimensiones más importantes del organismo: cuerpo, cerebro, corazón y alma.

 

Cuento

 

El triunfador humilde

 

Bernabé Tierno

 

“La sinopsis del la fábula ‘El triunfador humilde’ de Bernabé Tierno, puede darnos un ejemplo de cómo la humildad es una de las claves para seguir en la senda del éxito.

 

“Había una vez un joven que tuvo que abandonar la aldea en la que vivía dedicado a su abuelo, para instalarse en la ciudad, un entorno terriblemente hostil para un hombre que jamás había pisado el asfalto. Por esto, aquel muchacho no paraba de recordar lo que el anciano le pidió antes de morir: que nunca olvidara todo lo que había aprendido a su lado.

 

“Esta es la historia de Ángel, que, gracias a sus valores humanos, triunfa en la vida. Pero también es la historia de quienes le rodean y cambian gracias a sus sencillos principios. Y también es la historia de Laura, una periodista que investiga el extraordinario éxito del protagonista y que termina accediendo a su corazón y descubriendo algo que ni siquiera el propio Ángel conocía.

 

El triunfador humilde podría ser cualquiera de nosotros, cualquiera de las personas que se proponen vencer las adversidades que se plantean en las pequeñas y grandes empresas de la vida, ya sean profesionales, familiares o personales”.

 

LA VOZ DEL EXPERTO

 

Un talento, una responsabilidad

 

Diana robayo

 

Psicóloga u.n.

 

“Muchos de ustedes recordarán la película del Hombre Araña y habrán escuchado que el abuelo de Peter Parker le dijo una vez que un gran poder entrañaba una gran responsabilidad. Tener éxito en su profesión o por cuenta de un talento innato es algo que muchos desean alcanzar y produce una gran alegría cuando se alcanza siendo aún adolescente. Es el sueño hecho realidad de muchos y seguramente se consiguió gracias al esfuerzo y trabajo de cada uno, y sin duda, de las personas que lo acompañan en el camino.

 

Una vez alcanzada esa meta, de nada serviría vivir prevenido y con paranoia porque seguramente no se disfrutaría este gran momento. Puede que dure mucho tiempo, puede que sea algo momentáneo y eso hay que tenerlo claro y cuándo dure depende de cada uno, de lo aterrizado que esté cuando se presente la circunstancia. Es seguro que se reciben muchas adulaciones y aunque es bonito sentirse importante, hay que recordar que también es clave demostrar que esas personas que siempre estuvieron con uno son valoradas porque fueron compañeras en el camino emprendido. La humildad no es dejarse manipular. Es comprender que se alcanzó una meta con esfuerzo, que hay que seguir enfocado y que hay muchos a quienes agradecer”.

 

Tomado de: vanguardia.com