Pero, más preocupante aún es que la falta de ética, además, de producir enormes pérdidas económicas, limita de forma sustancial la contribución social de las empresas y perjudica no solamente a la entidad donde ocurre la irregularidad, sino, que también afecta a los accionistas, clientes, empleados y a la sociedad en general.
Los auditores internos tenemos el compromiso de frenar las conductas inapropiadas, convertirnos en un dique de contención, en una barrera protectora; es por esta razón que en esta ocasión compartiremos conocimientos útiles tomados de una Guía Práctica llamada: “Guía de Riesgos Organizacional de Fraude”, la cual establece que: Las organizaciones deberían desarrollar una supervisión y medición permanente para evaluar, remediar y mejorar continuamente las técnicas de detección de fraude. Si se encuentran deficiencias, la gerencia debería asegurarse de que las mejoras y correcciones sean realizadas tan pronto como sea posible.”
Los criterios de medición para supervisar y mejorar la detección de fraudes pueden incluir:
– Número de esquemas de fraude que se conocen han sido cometidos en contra de la organización.
– Número y estatus de las denuncias de fraude recibidas, que han requerido de investigación.
– Número de investigaciones de fraudes resueltas.
– Número de empleados que han/no han firmado la declaración ética corporativa.
– Número de empleados que han/no han completado la capacitación en ética auspiciada por la organización.
– Número de denuncias recibidas a través de la línea directa de denuncias de fraude.
– Número de denuncias que han surgido por otros medios.
– Número de mensajes apoyando el comportamiento ético entregado a los empleados por parte de los ejecutivos.
– Número de proveedores que han/no han firmado los requerimientos de comportamiento ético de la organización.
– Número de clientes que han/no han firmado los requerimientos de comportamiento ético de la organización.
– Número de auditorías de fraude realizadas por los auditores internos.
– Resultado de encuestas a empleados u otras partes interesadas respecto a la integridad o cultura organizacional.
Otro aspecto fundamental lo representan las técnicas de medición las cuales podrían variar de acuerdo a cada organización. A continuación presentamos algunos ejemplos de técnicas específicas de medición:
– Recurrencia fraudes descubiertos.
– Oportunidad de la implementación de los planes correctivos.
– Oportunidad de la implementación de controles adicionales para prevenir nuevos fraudes.
– Evaluación de la probabilidad de que fraudes perpetrados en el tipo de industria que opera nuestra empresa pueda ocurrir en la organización.
– Comparación de fraudes versus quejas, reclamos, etc., a través de llamadas a la línea directa de denuncias.
– Comparación número de fraudes descubiertos versus el número de auditorías de fraude realizadas.
Del Autor: Nahun Frett (MBA, CIA, CCSA, CRMA, CPA, CFE), es un reconocido conferencista especializado en temas sobre auditoría interna, gestión de riesgo, gobierno corporativo, cambio organizacional, liderazgo y auto-evaluación de control. Motivador nato de equipos multidisciplinarios de auditoría interna, ampliamente solicitado para dictar conferencias y proveer capacitación en cursos, talleres y seminarios. Colaborador de Auditool. Artículo Publicado en el Blog de Nahun Frett – https://nahunfrett.blogspot.com
Tomado de: portafolio.co