Cada uno de los bandos blindó, a lo largo del proceso, su posición en torno a una cifra inamovible, lo cual generó el colapso de los diálogos e impidió que el consenso logrado el año pasado se repitiera. De poco sirvió que el sector privado, una vez finalizadas las negociaciones, reconociera que “los argumentos de los trabajadores cada vez son menos emocionales y más técnicos”.

“El próximo año nos vamos a ver impactados por el bajo rendimiento económico de Estados Unidos, la crisis fiscal de Europa y la incertidumbre en Venezuela. Por eso no podemos quedarnos con las convenciones del pasado, tenemos que garantizar las pensiones futuras, la estabilidad macroeconómica y fortalecer la formalización”, explicó Rafael Mejía, presidente del Consejo Gremial Nacional, quien llegó a la mesa con una propuesta de incremento de 3,5% ($19.834).

Esta posición fue contraria a las propuestas de las centrales obreras, las cuales presentaron tres opciones de aumento: 7,85% ($44.485), 8% ($45.346) y 10% ($56.670). Su contraparte interpretó las ofertas como un signo de desunión, por lo que congelaron su propuesta y cualquier posibilidad de negociación.

“Un aumento por debajo de $20.000 es, en palabras del vicepresidente, una miseria, que raya en el insulto a los trabajadores”, comentó Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) y quien, de paso, criticó severamente la posición asumida por el Gobierno: “No puede seguir de árbitro, esa es una posición cómoda. ¿Acaso la ‘Prosperidad para todos’ significa que Colombia sea uno de los países más desiguales del mundo?”.

Sus pullas estaban dirigidas a Rafael Pardo, ministro de Trabajo, quien tan pronto se cercioró de que los bandos se levantarían de la mesa, abandonó la sede de las negociaciones para asistir a un foro de inspección y vigilancia promovido por su cartera.

Sin embargo, fuentes consultadas por El Espectador develaron que su estrategia era, en el escenario de abrirse la puerta a un posible acuerdo, acercar las posiciones al 5%.

Sería un incremento de $30.559, el mismo que podría establecerse antes de fin de año, el plazo máximo para que el Gobierno, a través de un decreto, fije el salario mínimo para 2013.

En Cifras

12,3 por ciento fue la caída registrada por el sector de la construcción en el tercer trimestre de este año, según el DANE.

Tomado de: elespectador.com