A esta conclusión han llegado expertos, académicos, miembros del Gobierno y hasta los candidatos presidenciales, quienes ven urgente un cambio sustancial en el recaudo si se quiere mantener la economía a buen ritmo.

Los analistas explicaron que para seguir reduciendo el déficit fiscal a niveles de 2,34% en 2014 y llegar a 1,90% en 2018, hay que asumir un costo: reducir los gastos o subir los impuestos. La primera opción queda completamente descartada ante las necesidades de gasto que se vienen en la agenda nacional.

De acuerdo con Fedesarrollo, presiones de gasto como las contempladas para la salud, necesitarán de un mayor recaudo. “En salud se va todo, si se hace como está planteado en la ley estatutaria”, dijo el director ejecutivo de la entidad, Leonardo Villar.

A esto se suman las necesidades del sector rural, que hoy se cubren con el 4×1.000 y que con un eventual escenario de paz podrían incrementarse. “Para cumplir con las necesidades de gasto básicas en pensiones, salud, educación, infraestructura y atención a la primera infancia se necesitarían recursos equivalentes a 2,1% del PIB”, afirmó Villar.

Este porcentaje equivale a $14,8 billones y teniendo en cuenta que en el corto plazo se acabará con el recaudo del 4×1000 y el impuesto al patrimonio, para adquirir estos recursos es inminente una reforma tributaria.

“Se debe aumentar la tributación de los dueños de las empresas. Eso implica posiblemente gravar los dividendos o las utilidades de una manera progresiva y así los que reciben más, pagarán porcentajes mayores. Por otra parte, parece indispensable subir el impuesto al valor agregado porque no se ven fuentes adicionales y por último mantener algo del impuesto al patrimonio”, indicó el directivo de Fedesarrollo.

La academia coincide con la necesidad de otra tributaria: “debe haber una reforma, de eso no nos escapamos. Debe ser más equitativa y no exonerar los ingresos que son típicos de la clase alta. Debemos procurar que los de altos ingresos sí paguen más”, dijo Stefano Farné, docente de la Universidad Externado.

Anif está de acuerdo con las posturas expuestas, sin embargo aseguró que los recursos para cubrir las necesidades del Estado deben salir de los bolsillos de las clases media y alta.

El presidente de la entidad, Sergio Clavijo, dijo que los tributos de las empresas no deben modificarse porque ya están entregando los recursos necesarios.

El experto aseguró que las medidas que propone son “duras y efectivas, pero no hay alternativa”.

Para el presidente del centro de estudios, la fórmula se tendría que hacer a través del incremento de la tarifa del IVA de 16% a 18% y por medio del impuesto mínimo alternativo (Iman), que se creó con la Ley 1607 de 2013, o mejor llamada: la reforma tributaria del Gobierno Santos.

“Subir la curva del Iman en 3% más de recaudo, significa que el retorno sería casi de medio punto porcentual del PIB. El IVA, subiéndolo en tasa general de 16% a 18%, eso da un punto más del PIB. Y otra serie de propuestas darían 1,5% adicional”, dijo Clavijo.

Eduardo Sarmiento, director del Centro de Estudios Económicos, de la Escuela de Ingeniería Julio Garavito, opina lo contrario y aseguró que “hay que gravar a las empresas que son las que tienen mayores ganancias. Se necesita que los gravámenes al trabajo se concentren en los sectores altos, pero de ninguna manera se puede gravar a la clase media-pobre de salarios de $4 millones”.

Además de una reforma tributaria, el nuevo mandatario de los colombianos tendrá que recurrir a otras herramientas. El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, por ejemplo, dijo que “mejorar la distribución de ingreso es un desafío pendiente. Para esto es indispensable un sistema impositivo que fomente una mayor equidad, menores distorsiones en la asignación de los recursos y al mismo tiempo nos permita contar con mayores niveles de recaudación”.

Otro que dice que es inminente la necesidad de cambiar la estructura del recaudo es el exdirector de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian, Gustavo Cote. El exfuncionario dijo que los recaudos favorables que se puedan tener son producto del comportamiento de la economía porque la recaudación que ha arrojado la fiscalización de la Dian, hasta el momento, “es muy pobre”.

Cote también afirmó que a pesar de que la recaudación este año viene comportándose de forma positiva, se debe tener en cuenta que los resultados aún no se verán reflejados puesto que se debe terminar de consolidar el año fiscal. “Cuál será el resultado cuando terminen las declaraciones de renta porque con los cambios que hicieron en reducción de la tarifa de renta para crear el Cree, en la pasada reforma tributaria, las retenciones de fuente no se modificaron en sus tarifas sino hasta el periodo de diciembre”.

Los expertos han coincidido en la necesidad de tener más ingresos durante el próximo Gobierno, el director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, y el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, le han apuntado a una reforma en la que se penalice la evasión de impuestos, pues anualmente se pierden alrededor de $20 billones por este motivo.

Pero no todos los expertos económicos hablan de la urgencia de la reforma, de hecho, María Mercedes Cuellar, presidenta de Asobancaria, indicó que “la reforma de la que se viene hablando sería la quinta en lo corrido de la administración Santos, después de que en el gobierno del presidente Uribe se presentaron otras cuatro. Si hay algo desestabilizador para una economía es que no se conozcan las reglas de juego en materia fiscal”.

Oportunidades a tener en cuenta

De $1 billón que tenía presupuestado el Gobierno para descontar en impuestos a los empresarios que invirtieran en Ciencia, Tecnología e Innovación, solamente fueron asignados $100.000 millones a 22 empresas el año pasado.

Así lo aseguró el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Santiago Rojas, quien señaló que en parte esta situación se debió a la poca comunicación que hubo de este plan de alivio, así como que se eliminara el criterio de innovación y desarrollo y solo se centrara en ciencia y tecnología, lo que limita el campo de acción.

El funcionario invitó a las empresas a ser parte del proceso de innovación que tanto se necesita en el país a la luz de los retos de los TLC. Es por eso que necesita, dijo, no solo diversificar en productos, sino en destinos.

Aseguró que el Gobierno termina el año con cuatro pilares como política industrial: mayor productividad, transformación productiva, internacionalización de las empresas y competitividad, reduciendo costos y luchado contra el contrabando.

Nadie habla de reforma tributaria

Ni Juan Manuel Santos ni Óscar Iván Zuluaga han dicho abiertamente que de ser elegidos implementarían una reforma tributaria, sin embargo, entre líneas su discurso se ha prestado para diferentes interpretaciones. Incluso los mismos asesores de campaña en ambos casos resaltaron la importancia de unos ajustes en las finanzas públicas. Zuluaga ha dicho que extenderá el impuesto al patrimonio y el 4×1.000. Santos, por su parte, desmintió estar en desacuerdo con que quienes más reciban sean quienes más paguen, “por eso vamos a continuar con el impuesto al patrimonio”, aseguró.

Tomado de: https://www.larepublica.co/reforma-tributaria-ser%C3%A1-inminente-para-el-pr%C3%B3ximo-cuatrienio_132916