Pese a que el liderazgo de las mujeres en las empresas colombianas crece, aún solo el 14 por ciento de ellas es presidido por una mujer. Sin embargo, en el 2010 era apenas el 9 por ciento.

Y en la remuneración también se nota el rezago.
 

Las presidentas reciben salarios 20 por ciento inferiores, en promedio, al de sus colegas hombres.

Así lo muestra el estudio sobre mujeres en posiciones de liderazgo realizado por la firma Mercer.
 

El informe deja en claro que “los hombres son quienes ocupan la mayoría de los puestos de mayor responsabilidad, particularmente en América Latina”.

A medida que baja la posición de la mujer en la organización, la diferencia salarial disminuye notablemente, por lo que se destaca el aumento en los cargos de más alta responsabilidad.

Lina Ospina, Consultora Senior de Mercer en Talento Humano para la Región Andina, señala que en compañías muy grandes las posiciones de primer nivel tienden a ser masculinas con salarios más altos, lo que contrasta con salarios menores que ofrecen compañías más pequeñas en el mismo cargo que puede ser ocupado por mujeres.

En el tema de la remuneración, es clave tener en cuenta el tipo de actividad que se ejerce, porque es una variable que influye más allá del género.

El siguiente rango de posición que se revisa es el de los directores, que corresponde a los altos ejecutivos que tienen que reportar a la cabeza de la organización.

Allí se muestra que una mujer puede ganar el 5 por ciento menos que sus pares masculinos.

Ospina explica que en ese nivel de posición, Colombia, con un 20 por ciento, está en el grupo de países que dan un nivel de participación entre el 15 y el 25 por ciento a la mujeres.

Por encima del 30 por ciento de participación de las mujeres en esos cargos, están República Dominicana, Guatemala, Perú, Puerto Rico y Venezuela.

En cambio, por debajo del 15 por ciento en el nivel de participación aparecen Argentina, Chile, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá.

La experta señala que la posibilidad de que a medida que aumentan los cargos el nivel de participación de las ejecutivas muestre un descenso, tiene que ver con la evolución profesional y personal que desarrollan muchas de ellas.

Muchas veces el estadio profesional que lleva al liderazgo coincide con el matrimonio y la responsabilidad de llevar el hogar y acompañar el crecimiento de los hijos.

“En ese momento aparece un cambio de prioridades, donde se sacrifica el desarrollo de carrera, por el desarrollo de familia.

El desarrollo de carrera se desacelera un poco.

Muchas dejan de trabajar y frenan la aspiración de ascenso”, anota la especialista en talento humano.
 

Lo anterior se relaciona también con la disminución en la proporcionalidad de los papeles de liderazgo por parte de las mujeres.

FALTA IGUALDAD EN SECTOR PRIVADO

Para Mónica De Greiff, presidenta de la Empresa de Energía de Bogotá, Colombia ha mejorado, pero la medición de Mercer muestra “una enorme diferencia entre la participación de las mujeres frente a la de los hombres”. Cree que se requieren políticas para la igualdad salarial sobretodo en el sector privado.
 

“A las mujeres les aconsejo prepararse, participar, opinar y aceptar posiciones con responsabilidad”, dice.

Tomado de:  Portafolio.co