Uno de estos conceptos fue emitido por el Grupo Bancolombia según el cual “en un esquema de inflación objetivo ampliado como el que tiene la autoridad monetaria en nuestro país se consideran tres diferentes aspectos: la evolución de la Inflación, el crecimiento sostenido en el largo plazo y la estabilidad financiera. Es por ello que para responder a la pregunta planteada debe analizarse cómo se han comportado y cuáles son las expectativas en cada uno de estos frentes”.

Con base en esta visión integral considera que para el resto del año la política monetaria se mantendrá neutral. Igualmente, se advierte que el riesgo de esta perspectiva está sesgado hacia una reducción en la tasa de intervención, en función principalmente de la evolución de la economía internacional y su impacto en la dinámica local.

En materia de inflación, el Banco de la República (BR) ha obtenido resultados exitosos en los últimos años. Desde 2009, la inflación se ha ubicado dentro del rango meta (2.0 por ciento-4.0 por ciento) y es altamente probable que en ésta se ubique de nuevo dentro de este rango al cierre de 2012. En efecto, el GB espera que la variación de los precios muestre un incremento de 3.36 por ciento para el presente año.

A pesar de dichos logros, la tarea en el frente inflacionario no está culminada. En mayo, la inflación 12 meses se ubicó en 3.44 por ciento, no muy lejano al límite superior del rango meta del BR. Más aun, cabe destacar con algo de preocupación que la inflación núcleo 201 en mayo repuntó y alcanzó el 3.78 por ciento, nivel muy cercano al 4.0 por ciento.

Por lo tanto, desde esta perspectiva sería el Emisor debería continuar manejando prudentemente su tasa de intervención, evitando así que las distintas medidas de inflación se ubiquen por fuera de su rango meta.

Por otra parte, en cuanto a la sostenibilidad del crecimiento de la economía colombiana, el BR ha hecho uso de sus herramientas, principalmente su tasa de intervención, para impulsar la economía cuando ésta se encuentra por debajo de su crecimiento potencial y para frenarla cuando empieza a evidenciar signos de calentamiento.

Sin duda el Emisor ha actuado de forma preventiva cuando el crecimiento del crédito ha presentado comportamientos que pueden generar amenazas para la estabilidad financiera del país.

A la luz de lo anterior, hasta mayo la orientación de política monetaria era relativamente clara. Este año, el Emisor incrementó en dos ocasiones su tasa de intervención en 25 puntos básicos y, en conjunto, con la Superintendencia Financiera aumentó los requerimientos de provisiones en 0.5 por ciento para la cartera de consumo de los establecimientos de crédito que mostraran deterioros en su cartera vencida.

Para el Bancolombia, el Emisor debía aumentar su tasa de intervención en dos ocasiones adicionales en 25pbs para cerrar 2012 con una tasa repo de 5.75 por ciento. Los incrementos estaban motivados, en principio, por la evolución del crecimiento de la cartera, particularmente la modalidad de consumo, que crecía muy por encima de su tendencia de largo plazo.

Las variaciones en la tasa deberían darse a finales del segundo trimestre de este año y el tercero.

Sin embargo, en junio se conoció el crecimiento económico para el primer trimestre y el reporte del sistema financiero de abril. El Dane informó que la economía colombiana se expandió 4.7 por ciento, mostrando una moderación frente al cuarto trimestre del año pasado (6.1 por ciento). Con este crecimiento, la brecha del producto parece haberse cerrado.

Entre tanto, la Superfinanciera informó que la cartera total en términos anuales se expandió 14.8 por ciento, mostrando una importante moderación frente a lo observado en marzo (16.6 por ciento). Por su parte, la cartera de consumo creció a una tasa del 20.4 por ciento, luego que en marzo lo hiciera a 23.9 por ciento. En este sentido, la variación de la cartera se ubica por debajo de su tendencia de largo plazo.

Tomado de: elnuevosiglo.com.co