Marta Acero, propietaria del Taller de Arte y Manualidades, y Miriam Rodríguez, dueña de Comestibles Yolombó, una fábrica de arepas, son apenas dos de las 6.700 microempresarias de Bogotá cuentan hoy con un crédito formal de la banca para desarrollar sus ideas de negocios.

 

No es la primera vez que obtienen un préstamo en condiciones favorables, como ellas mismas lo señalan.

 

Es el cuarto y tercer microcrédito que estas emprendedoras han obtenido en los últimos dos años, gracias a que nunca se han ‘colgado’ en el pago de sus obligaciones, quizás el principal requisito exigido por la Corporación Microcrédito Aval para apoyar las ideas de cientos de colombianas que derivan el sustento de sus familias de esas actividades.

 

Luz Ángela Sarmiento, presidente del Consejo Directivo de la entidad, señala que el modelo está concebido para que las personas accedan a créditos que en promedio van desde los 700.000 pesos y se puedan cancelar en cuotas semanales de 27.000 pesos que se ajustan al flujo de caja de estos negocios.

 

“Los préstamos se otorgan a grupos de cinco empresarias, sin importar que cada una desarrolle una actividad diferente, pero para acceder a un nuevo crédito, todo el grupo debe estar al día con su obligación”, explicó.

 

Agregó que más allá del propósito de formalizar a estas emprendedoras de escasos recursos con el crédito, la meta también es fomentar una cultura de ahorro y llegar con programas de educación financiera para estas comunidades, lo cual están haciendo con el apoyo del Sena.

 

Gabriel Mejía, director de la Corporación, dijo que desde el 2010, cuando iniciaron labores, a la fecha se han otorgado más de 11.000 microcréditos. Hoy cuentan con 6.700 y una cartera bruta cercana a los 6.800 millones de pesos.

 

La meta es lograr una cartera de 100.000 microcréditos en los próximos años y, en alianza con el Banco AV Villas, avanzar en el programa de fomento del ahorro con la apertura de cuentas de ahorro simplificado.

 

“Tenemos 691 cuentas Transfer Aval que maneja AV Villas, a través de las cuales desembolsamos los créditos. Estas mismas les sirven a las microempresarias para hacer sus operaciones de pagos, transferencias y ahorrar”, dijo.

 

Miriam Rodríguez, de Comestibles Yolombó, dice que después de una crisis económica que la llevó a perder una casa, a incumplirle a los bancos y a caer en manos de los gota a gota, pensó que no volvería a recuperar su negocio, pero hoy ve como está creciendo de nuevo.

 

 

 

Tomado de: https://www.portafolio.co/finanzas-personales/microcredito-favor-empresarios