En la 101ª Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo, que se llevó a cabo en Ginebra, las tres confederaciones sindicales colombianas presentaron un informe poco satisfactorio sobre las condiciones laborales y sindicales en Colombia.

Sostienen, entre otras, que “medidas como las normas para controlar la intermediación de Cooperativas de Trabajo Asociado, las sentencias de la Corte Constitucional que ordenan tomar medidas sobre las nóminas paralelas en el Estado, las órdenes de prestación de servicios y contratación civil, no logran reducir la informalidad, la precariedad laboral, las prácticas antisindicales y el déficit de trabajo decente”.

Ciertamente, Colombia no puede ser tomada como ejemplo mundial de calidad del empleo y respeto de las libertades sindicales; en este sentido falta mucho camino para recorrer.

Sin embargo, contrariamente a lo que afirman los sindicatos colombianos, las estadísticas laborales del país muestran mejoras innegables en los últimos tiempos, en parte como consecuencia de las políticas implementadas por el Gobierno Nacional.

Con la ayuda de las cifras del cuadro anexo analizamos algunas de estas mejoras:

Empleo. En el último año, en Colombia se han generado unos 800.000 nuevos empleos y, gracias también a un moderado crecimiento de la población en edad de trabajar, la tasa de ocupación subió en más de un punto porcentual en tan solo doce meses, de 55,4 a 56,8%.

De estas mayores oportunidades de trabajo, además, se beneficiaron sobre todo los grupos tradicionalmente más débiles en el mercado laboral. Es así como la ocupación juvenil creció por encima de la de los otros grupos etarios (5,6% interanual) y las mujeres se emplearon más fácilmente que los hombres (+4,9% vs. +3,7 %).

Las anteriores tendencias se han mantenido en lo que va corrido del 2012. Adicionalmente, se destaca cómo, desde noviembre del 2011 y por primera vez en muchos años, el empleo asalariado en empresas del sector privado crece más rápidamente que el empleo autónomo. Y al mismo tiempo, el empleo público ha vuelto a crecer nuevamente y de forma sostenida, después de muchos años de persistentes caídas.

Lo anterior indica que la política de erradicación de las nóminas paralelas en el Estado si bien incipiente, empieza a mostrar sus efectos y a ser un ejemplo para el sector privado.

Cooperativas de Trabajo Asociado. Las medidas acordadas en el Plan de Acción en Defensa de los Derechos Laborales, firmado entre Colombia y Estados Unidos como requisito previo para la implementación del Tratado de Libre Comercio, contemplan severas disposiciones en materia de regulación de las actividades de las Cooperativas de Trabajo Asociado.

En apenas seis meses de aplicación han provocado una caída vertical en el número de cooperativas y del personal asociado, del orden del 20% en ambos casos.

A este respecto vale la pena recordar que durante los últimos 10 años estas cooperativas habían crecido de una forma desmedida y constante, a una tasa promedio anual de 65% y su personal a una de 155% anual.

Sindicalismo. En el mencionado documento, las centrales sindicales denuncian 20 años de discriminación antisindical, la cual se ha visto reflejada en una progresiva disminución de la tasa de sindicalización. Sin duda, el actual Gobierno se ha caracterizado por una mayor disposición al diálogo con las centrales obreras.

Entre el 2010 y el 2011 el sindicalismo en el sector privado sumó 15 mil nuevos afiliados; en el sector público los nuevos funcionarios sindicalizados fueron 13 mil.

Lo anterior llevó a un pequeño aumento de la participación sindical en el sector privado, pero a un incremento de mayor magnitud en el sector público, donde la densidad sindical pasó de 26,6 a 28,1%.

Calidad del empleo.

La proporción de ocupados que se declaran insatisfechos con las ‘insuficientes’ horas trabajadas, el ‘bajo’ ingreso recibido y las ‘pocas’ competencias aplicadas a su trabajo ha disminuido entre el 2010 y el 2011, de 36,9 a 35,3%.

Por su lado, la informalidad laboral sigue alta, pero muestra una tendencia moderadamente decreciente (de 51,6% del total de ocupados en el 2010 a 51,1 en el 2011) que parece haberse acelerado durante los primeros meses del 2012 (50,5%). Una medida más integral de calidad del empleo –que pondera 11 variables simples, incluido el subempleo y la informalidad– ha sido calculada por el Observatorio Laboral de la Universidad Externado de Colombia. Confirma que las condiciones laborales han mejorado levemente entre el 2010 y el 2011, particularmente en el caso de los trabajadores asalariados.

En fin, hay que reconocer que durante el primer año y medio del Gobierno Santos, en el país se ha registrado un destacado avance cuantitativo en el mercado laboral; los resultados desde una perspectiva cualitativa han sido mucho más modestos, pero fueron siempre positivos y de la información disponible no se infiere algún deterioro de la calidad del empleo.

Tomado de: Portafolio.co