Una empresa tiene el reto de meterse en el mercado y tomar una buena tajada de él. Para lograrlo necesita de vendedores que no son únicamente aquellos encargados de masificar el producto o el servicio.

El vendedor es todo aquel que hace parte de la empresa.

La Oficina de Recursos Humanos de la empresa Infoservi publicó un decálogo con los principios que debe tener un profesional para aportar o cuidar los clientes de la compañía.
 

Ser accesible. No sólo cuando el vendedor está interesado en contactar con el cliente, sino cuando el cliente quiere contactar con él.
 

No malgastar el tiempo. Es un recurso escaso y muy apreciado por todos. Hacer perder el tiempo a los clientes es como subirles el precio de los productos o servicios. Las llamadas innecesarias, las visitas y el “papeleo” excesivo deben ser rápidamente eliminados.
 

Demostrar seguridad. El cliente espera tratar con un empleado seguro y confiado, que crea ciegamente en lo que está diciendo y que demuestre compromiso con las palabras, especialmente en el momento del cierre de la venta.
 

Centrarse en los beneficios del producto. Desde el comienzo de la conversación, el buen vendedor debe centrarse en las principales cualidades del producto o servicio en cuestión, preguntando al cliente cuáles son los beneficios y ventajas relevantes para él.
 

Todos los clientes son importantes. Es un error pensar que únicamente las grandes cuentas merecen toda la atención y esfuerzo. Hasta el cliente más pequeño juega un importante papel para la empresa; al margen de lo que un cliente pueda reportar económicamente para la compañía.
 

Dar la cara ante los problemas. Ofrecer garantías a los clientes, estar presente cuando surgen dificultades, lograr que el cliente perciba que queremos escucharlas y hacer todo lo posible por resolverlas, reafirma la seguridad de éstos en el vendedor y crea una relación más fuerte y duradera.
 

Fomentar la fidelidad. Según los estudios, un descenso del 5% por fuga de clientes, podría suponer un incremento en los beneficios de hasta un 85 por 100, dependiendo de la actividad de la empresa. Es decir, resulta más rentable para las empresas saber mantener los clientes actuales que buscar otros nuevos. Además, los clientes fieles a una marca son menos sensibles al precio, consumen más cantidad de producto y pueden atraer nuevos clientes de forma gratuita.
 

Dar algo más. Ofrecer más que los competidores es algo que los clientes siempre valoran positivamente; pero si, además, es nuevo, diferente y relevante para el cliente, mejor que mejor. La creatividad en este sentido es importante. Ofrecer periódicamente algo nuevo a los clientes ayuda a mantener viva su ilusión y potencia la relación mutua.
 

Cuidar la red de contactos. Los amigos, colaboradores, clientes, proveedores, colegas, etc., pueden ser una importante fuente de negocio. Crear una buena relación con todos ellos, escucharles, tratar de ayudarles y ganarse su confianza profesional y personal, es imprescindible tanto en el ámbito laboral como en el personal.
 

Ser honesto. La honestidad y la ética deben estar presentes en todas las acciones. Esta es la única forma de generar confianza y ser un buen profesional. Es una manera de mostrar al cliente que queremos una relación duradera con él. Es preferible perder un cliente que poner en peligro nuestra credibilidad.

Tomado de: finanzaspersonales.com.co