Sin el capitán, el equipo normalmente luce disminuido y probablemente tiene alta opción de perder el partido.

Un buen director técnico sabe eso. Sabe que es el capitán el que arma las jugadas y vuelve realidad los planes porque es quien inicia o concreta las jugadas o los pases que llevan al gol.

En las empresas hay capitanes que juegan el mismo papel pero no llevan ese título. Son los que hacen que el equipo funcione y son los que resuelven las situaciones más complejas, poniendo al equipo a pensar y a actuar, moviendo la gente. Ese tipo de jugador está normalmente en los comités ejecutivos, en las Juntas Directivas o en los simples comités de gerencia o en los grupos humanos normales dentro de un departamento, una unidad o una división. Cada grupo tiene su capitán, aparte de un Director Técnico oficial que es el gran jefe de cada unidad.

Ahora que les estoy haciendo esta reflexión, todos los que están leyendo este escrito están cayendo en cuenta que los capitanes existen en todos los equipos humanos y que en las empresas juegan un papel vital poco reconocido como tal.

A la hora de la verdad esos capitanes de equipo en las diferentes áreas de las empresas son los que hacen que las tareas vitales se hagan en la forma oportuna y correcta y son los que llevar de verdad la camiseta de la organización y buscan lo mejor para ella. Igual que pasa muchísimas veces en el football, los capitanes no son necesariamente los que más goles meten y por eso los que más se recuerdan son los goleadores, pero dichos goleadores no tendrían gloria ni la mitad de su éxito sino fuera por los capitanes que les armaron la jugada.

En las empresas el trabajo silencioso del capitán es poco o nada reconocido. Lo que si es evidente es que en las diferentes áreas de la empresa cuando no existe un buen capitán, las nuevas ideas no fluyen, los planes no se concretan y muchísimas veces hasta lo más sencillo se enreda o se complica.

Cuando en una organización las diferentes actividades se facilitan y las decisiones y ejecuciones se dan, póngale cuidado que hay un buen capitán abordo…Cuando el capitán sale del equipo y no es reemplazado o nadie toma su lugar, la ausencia pronto se hace sentir y el equivalente al director técnico del equipo cominza a pensar que el que se fue era vital pero ya es tarde, ya los daños se han hecho sentir…El problema humano es que el orgullo y la soberbia difícilmente dejan dar un paso atrás para reconocer públicamente las equivocaciones y simplementre las sufren en silencio y en resultados o cifras.

He visto muchos excelentes capitanes empresariales partir porque se cansan de luchar frente a un mal director técnico. Recuerden que el capitán a la larga es un jugador más dentro del equipo, pero es el jugador armador de jugadas triunfadoras, lo mismo el que le da ritmo y velocidad o el que inspira tranquilidad y confianza o el que lleva a crecerse ante la adversidad.

Desde luego los equipos que triunfan deben tener buen Director, buen capitán y buenos jugadores, pero las dos cabezas deben ser de muy buena calidad para que los resultados se den y deben estar perfectamente sincronizadas. Conseguir un buen Director es tan difícil como conseguir un buen capitán.

Yo personalmente a lo largo de mi vida he presenciado muchísimas veces lo que les he compartido en este escrito y por eso mismo decidí hacerlo público. Lo he vivido en carne propia, bien sea como jugador o como capitán o como director y sé que es esencial tener en cuenta lo mencionado.

Mi recomendación es que cada cual en su grupo de trabajo o en su organización humana evidencie o detecte quien hace las veces de capitán silencioso pero efectivo y busque que sea conservado o protegido para que tengan muchos años de buenos resultados y satisfacciones.

Recuerde que es cualquier grupo humano y eso también aplica a las fanilias!…Lo malo es que los grandes jefes casi nunca ven a los capitanes y por lo general descalifican su gran contribución a las organizaciones.

Un abrazo para los queridos y sacrificados capitanes!

Tomado de: https://www.portafolio.co/opinion/blogs/ensenanzas-y-verdades-la-vida-empresarial/lo-que-no-ven-los-grandes-jefes