Las mujeres predominan en los cargos considerados de asistencia y no sobresalen en los de alta dirección.

Para Carmen García Ribas, directora del Programa Mujer & Management de ADEN Business School, eso se resuelve si ellas encuentran el poder en el reconocimiento del talento.

La escuela de negocios de Argentina lanzó este programa de formación gerencial que potencializa habilidades propias del sexo femenino, como la seducción para ganar espacios y obtener logros en el mundo empresarial. Está dirigido a profesionales y ejecutivas (presidentes, vicepresidentes, gerentes, directoras).

¿Cuáles son las estadísticas que se manejan sobre liderazgo femenino?

En occidente las mujeres representan más del 60 por ciento de los titulados universitarios. Y en el mundo profesional ocupan el 76 por ciento de los puestos de trabajo considerados “de asistencia”. Los cargos de toma de decisiones los ocupan hombres. En los últimos 5 años ha decrecido el número de mujeres en puestos de alta dirección. La brecha salarial entre hombres y mujeres oscila entre el 17 y 23 por ciento.

¿Qué hacer?

La pregunta que debemos hacernos es qué hacen mal las organizaciones, que provoca la pérdida de millones de dólares en talento que se pierde, el de las mujeres. Y lo que es más importante, la perdida de talento es también perdida de salud. En la formación que impartimos enseñamos la metodología GPEIC – Gestión del Patrimonio Emocional y del Conocimiento- para generar cambios culturales en las cúpulas empresariales, y rentabilizar el talento femenino.

¿Cuáles son los aspectos negativos de las mujeres a la hora de ejercer altas responsabilidades?

El error fundamental es la impostura. Las mujeres, por miedo al rechazo, para adaptarse a lo que creen que se espera de ellas, tienden a ubicarse en una de estas tres imposturas: buscar imitar el modelo masculino que perciben como exitoso, tratar de responder a la mirada del hombre (ser como creen que los hombres quieren que sea) y, por último, la mediocridad (no destacar para evitar la hostilidad). En todos los casos es un error porque la impostura es justo lo contrario al poder y llevará al fracaso.

¿Qué es lo correcto?

Encontrar el poder en el reconocimiento del talento y autorizarse a gestionar su entorno, con serenidad. Ese es el camino que la lleva a liderar correctamente los equipos y la carrera.

¿Qué tan ‘sexy’ deja de ser la familia para una ejecutiva?

Jamás utilizo el término “sexy”, porque eso nos lleva a un lugar de “no poder”. Cuando hablo de seducción me refiero a tener carisma, comunicar sin miedo, ofrecer confianza. Es importante tener un ‘socio’ para la vida familiar y profesional. De ahí la importancia estratégica de elegir el compañero de vida (hay que abrir una reflexión sobre el concepto de amor para mujeres profesionales).

¿Cómo evitar que esto se limite a debates de género?

Es un gran error tratar el liderazgo femenino como un debate entre modelos de conducta atribuidos a hombres y mujeres.

La valoración real del papel femenino en la vida profesional debe hacerse entendiendo la lógica del poder. Las mujeres en las últimas décadas han generado mucho talento y tienen formación superior, pero su ubicación social se mantiene en lo que hemos llamado “la cultura huésped”. Significa que cuando se integran a la vida profesional lo hacen sintiéndose y comportándose con la fragilidad de un huésped, y esto es así porque la cultura ha sido construida con modelos obsoletos. De ahí, que el debate deba ser de diferencias de poder y no de diferencias de género.

¿Cómo formar desde la infancia?

La mejor formación es el ejemplo. Si las niñas tienen referentes de mujeres adultas (madres, profesoras y otras mujeres de su entorno) que se sienten seguras, utilizan palabras que ayudan a vivir mejor, gestionan sus miedos y saben transmitir confianza, no será necesario nada más. El liderazgo vital se contagia.

¿Cuál es el objetivo de Mujer & Management?

El objetivo es dotar a las mujeres de reflexión y herramientas que les permitan situarse de manera realista en el mundo que vivimos y aprender a gestionar las emociones, principalmente la culpa, para llevar las riendas de su proyecto vital. Además reciben formación en áreas de capacitación profesional para planificar su carrera y dirigir equipos. Al final, la mujer M&M es más segura, más poderosa y ha adquirido liderazgo personal y profesional. El programa se divide en siete grandes áreas, entre ellas, está el módulo GPEIC que enseña a cambiar las estructuras antiguas en las empresas.

Tomado de: https://www.portafolio.co/portafolio-plus/liderazgo-femenino-asunto-poder-y-no-genero