Con intervalos de segundos, van rotando las 15.000 vacantes que se ofrecen en la tercera Feria de Empleo que organiza el Sena en Medellín, con entrada libre.

Como si estuvieran en una película, desempleados jóvenes y viejos, profesionales y bachilleres, se apuran a hacer la lista de las opciones en pueden atinar en ese inexorable azar de hallar trabajo, una maldición de días para unos y de meses para otros.

Amor desempleado

Sentados en el suelo, los novios Jhonatan Gutiérrez Ramírez (18 años, medellinense, corpulento y voz pausada), y Tatiana Córdoba Marroquín (21 años, bogotana, una hija de 3 años) diligencian rápidamente una hoja de vida que puede ser la solución a su situación de desempleados u otro intento fallido por hallar sustento para el hogar que formaron hace un año.

Ambos levantan la cabeza del formulario de una empresa de temporales para decir en qué se juegan su suerte laboral: ella, como manipuladora de alimentos; él, como auxiliar logístico; ella lleva seis meses buscando trabajo después de venirse de Bogotá donde trabajaba en servicio al cliente; él perdió su empleo de diseñador gráfico hace 15 días en un recorte de personal y ahora estira los pocos ahorros para los gastos diarios.

Lo que no saben ambos es que son parte de los 1,17 millones de jóvenes menores de 26 años que contabiliza el Dane en el 20,3 por ciento de su último reporte de abril, duplicando la tasa de desocupación nacional.

-Piden muchos certificados y no le dan la oportunidad a uno de darse a conocer-, dice Jhonatan.

Piden mucha experiencia laboral y educación -replica Tatiana-, y uno sin los medios para tenerlos.

Formación: la encrucijada

Y en esas condiciones estaban muchas de las 7.000 personas que acudieron ayer de 7:00 a.m. a 8:00 p.m. a una feria a la que se vincularon 70 empresas con vacantes, para profesionales (abogados, administradores, ingenieros de todas las ramas), tecnólogos industriales, asesores comerciales, mensajeros y conductores, especialmente, entre muchos otros.

El inventario es de Consuelo Gutiérrez de Quijano, coordinadora del Servicio Público de Empleo del Sena en Antioquia. La funcionaria celebra que este año no se vieron las filas kilómetricas de hace un año en la feria y que mucha gente hizo el registro previo de su hoja de vida en el portal https://sne.sena.edu.co antes de ir a buscar opciones.

El mayor lío para que la gente se ‘coloque’ -comenta la funcionaria- es que falta formación, otros quieren trabajar cerquita de la casa, tener horario de oficina o un sueldo de gerente.

Pero no es el caso de Jorge Alonso Herrera Laverde. Este todero de la vida y experto en oficios varios no pierde la fe de conseguir un urgido empleo después de 5 meses viviendo del rebusque y “trabajitos por ahí”. Se niega a creer que su cabello blanco y sus 51 años sean obstáculo para conseguir un empleo digno, ojalá en la distribución de aceites para carros, y que entre 15.000 ofertas de empleo no haya una que sea para él.

-Lo que se consiga es ganancia, no tengo problema en lavar baños, es un trabajo digno y honesto. Vea, si tengo que sacar el tigre de Suramericana a orinar, lo hago con gusto-, sentencia con una risa Jorge, pero con los mismos ojos tristes que se posan en una de las pantallas para probar suerte en esa ruleta que se repite en la Feria de Empleo que termina hoy.

Tomado de: Elcolombiano.com