Así lo ratificó el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien manifestó que la iniciativa será presentada al Congreso en el momento oportuno.

“Nosotros tenemos listo un proyecto de ley para eliminar los tres ceros, hacerlo de forma gradual, de manera que se minimicen los costos. Estamos buscando el momento oportuno para presentarlo al Congreso”, subrayó.

Dijo que a la larga ese proceso se tendrá que realizar, pero que simplemente se buscará el momento oportuno para hacerlo realidad.

Manifestó que la vida útil de un billete es del orden de 1,5 a 2 años y la idea es que los actuales puedan seguir vigentes hasta que salgan del mercado de forma paralela al ingreso de la nueva denominación monetaria.
De acuerdo con el Ministro de Hacienda, el cambio no va hacer traumático y, por el contrario, lo que se busca es facilitar la vida de todas las personas.

“Nuestro billete de 50.000 ya no tiene los tres ceros, porque si uno mira de forma detallada el billete aparece el número 50 y al lado la palabra mil, pero no aparecen los tres ceros”, comentó.

Cárdenas Santamaría dijo que no es un tema transcendental y que no es una reforma de fondo, porque lo que se busca es eliminar tres ceros al peso, lo que traerá grandes beneficios.

Agregó que en Colombia hay mucho dinero guardado o escondido, el mismo que en el momento del cambio tendría que ser sacado.

Cero y van dos

La intención del Gobierno de eliminar los tres ceros a la moneda no es nueva. En octubre de 2011, el Senado votó en contra una iniciativa en este sentido.

En esa oportunidad, el senador de Cambio Radical, Antonio Guerra de la Espriella, dijo que no había ambiente para que la iniciativa prosperara, pues en la agenda de Congreso había en discusión otros temas prioritarios.

Una de las razones que esgrimieron los congresistas que se opusieron a la iniciativa fue el enorme costo que tendría el cambio monetario. Sin embargo, en esa oportunidad el senador Juan Mario Laserna, uno de los ponentes del proyecto, señaló que a la larga los costos para el Gobierno no serían tan altos “porque se puede tener ambos tipos de billetes en circulación y en la medida en que el Banco de la República recoja los billetes viejos y dañados, los puede reemplazar con los nuevos”.

Se calcula que el cambio podría costar unos 222.000 millones de pesos, según los cálculos hechos por el Banco de la República. Casi el 87 por ciento de este valor deberá destinarse a la tarea de acuñar nuevas monedas, que estarán denominadas en centavos.

Los cálculos del Banco indican que producir nuevas monedas costaría alrededor de 187.000 millones de pesos.

Según el estudio del Emisor, el costo de producir los nuevos billetes y monedas se recuperaría en un plazo de nueve años.

El anterior proyecto de ley planteaba que durante dos años circularían al mismo tiempo los billetes actuales y los nuevos para que el cambio se hiciera de manera gradual.

En el caso de las monedas, el proceso sería similar, pero se extendería a un plazo de cuatro años.

Como se sabe, una de las tareas del Emisor es reponer las piezas monetarias que salen de circulación, bien sea por desgaste o por maltrato.

Datos del Banco indican que del total de billetes dañados, cerca del 10 por ciento son por deterioro prematuro, lo cual le cuesta al Banco un promedio anual de casi 6.000 millones de pesos.

Otro tema que también implica costos es el cambio en los precios que debe hacerse en todo tipo de establecimientos del comercio. Laserna indicó en su momento que con el nuevo peso, la idea era simplificar la contabilidad, generar ahorros en sistemas operativos, así como crear una moneda más estable y que sea más fácil de comparar con las de otros países.

Tomado de: elnuevosiglo.com.co