Aunque el Gobierno ha dicho que es la reforma para la equidad y la generación de empleo, en el ambiente todavía quedan algunos nubarrones de su efectividad.

Sin embargo, esta situación solo será despejada a medida que cada uno de los casi 200 artículos aprobados, vaya afectando la vida de los ciudadanos. En ese sentido para unos será una reforma positiva pero para otros puede ser nefasta dado su posible efecto.

Sin embargo a este hecho hay que darle un compás de espera para ver su incidencia. De todos  modos, ayer el presidente de la República, Juan Manuel Santos, agradeció al Congreso por la aprobación de la reforma tributaria y consideró que esta es “estructural y favorece a la equidad y el empleo formal” en el país, que es una de las metas para el próximo año.
Según cifras del Gobierno, más de 600.000 personas han salido de la pobreza extrema y con el cambio en el sistema de cobro de impuestos, Santos considera que la población bajo esta línea se disminuirá, gracias a la exclusión de retefuentes para los salarios bajos. 

El jefe de Estado reiteró que la clase media no se verá afectada por el incremento en los tributos que deberán entregar quienes ganen más de 10 millones de pesos.


Sin embargo, el director del Colegio de Estudios Superiores, CESA, 
resaltó las bondades de la reforma tributaria porque contribuye con la equidad y reduce la evasión, pero lamentó que el “paganini” de este “salchichón”, como calificó el texto, “sea el trabajador asalariado”.

El directivo destacó que entre las cosas buenas figuran las que reduce los costos laborales y hace más competitivas a las empresas, contribuye a la equidad, porque con el CREE -impuesto a las utilidades- quien más recibe más tributa; reduce la evasión con la eliminación de diferentes tarifas del IVA; genera mayores recursos para la educación y la salud con el 1% adicional en el impuesto CREE.

Restrepo resaltó la reducción en el precio de la gasolina y explicó que lo más conveniente para las cuentas de la Nación sería que fuera de 200 pesos como la aprobó la Cámara de Representantes. Sin embargo, al cierre de esta edición este era uno de los puntos por conciliar.

Sobre lo malo de la reforma, Restrepo dijo que no soluciona el hueco fiscal que podría ser de un billón de pesos para el próximo año. “El paganini son los trabajadores asalariados y elimina las normas de estabilidad jurídica, lo que “le deja cierto hueco a los inversionistas extranjeros”, sostuvo.

Frente a lo feo, el director del CESA advirtió que “sólo al final sabremos qué le metieron a este salchichón”, para incluir beneficios particulares, como los que dijo representaban los ‘lobbistas’ que tuvieron que ser retirados del recinto.

Restrepo lamentó que no se hubiera fijado un impuesto a las pensiones más altas, como las de los congresistas, lo que atribuyó a legislar en causa propia.
Por otra parte, para el presidente del Instituto Colombiano del Derecho Tributario, Carlos Mario Lafaurie, lo feo de la Reforma Tributaria es que en su presentación no se ha dicho la verdad y lo malo es que no establece un régimen de transición.

Según Lafaurie, en la presentación del Impuesto Mínimo Alternativo Nacional, IMAN, el presidente Juan Manuel Santos y el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, han informado de manera equívoca a quienes no deben pagar el impuesto, señalando a un grupo de la población que hoy no lo hace.

Indicó que quienes ganan más de 15 millones de pesos hoy pagan una alta contribución por impuesto de renta, contrario a lo que se ha dicho.

También Lafaurie lamentó que la reforma no prevé un régimen de transición para que los contribuyentes se adecuen al nuevo esquema de pago de impuestos.

“Siempre que hay cambios económicos bruscos hay que buscar la posibilidad de hacer transiciones. Por ejemplo, un asalariado que se gana 10 millones y tiene un crédito de vivienda por dos millones su renta anual es de 600 mil pesos, pero con la nueva reforma tendrá un incremento de casi el 900% en el impuesto de renta”, aseguró Lafaurie.

La iniciativa

Entre las modificaciones que más generaron polémica durante el debate, está una reducción en el precio del galón de gasolina, cambios en el Impuesto Mínimo Alternativo Nacional (IMAN) y un incremento de un punto para el impuesto CREE sobre las utilidades de las empresas.

Otro que generó conflictos entre los empresarios fue la aprobación del aumento de un punto para el impuesto CREE (del 8 al 9%). Con este gravamen se busca financiar la universidad pública, el desarrollo rural y la salud. Además, se busca sustituir a los parafiscales que actualmente proveen recursos al SENA, al ICBF y a la salud. Sin embargo, para la ANDI, esto significa pagar un impuesto de renta del 34,6%.

En cuanto a impuestos para los dividendos mayores a 200 millones de pesos, la propuesta no pasó en el Congreso.

Dentro del articulado inicial no tuvo acogida la iniciativa de gravar con una tarifa del 5% las pensiones superiores a $10 millones mensuales. Tampoco un impuesto del 10% a remesas a utilidades de firmas colombianas con matrices en el exterior.

Por otra parte, el Congreso aprobó que en el IVA para la medicina prepagada la tarifa pasará del 10 al 5% y que entraría a regir en enero próximo. El proyecto inicial del Gobierno proponía un IVA del 16%. Entre tanto, este mismo gravamen para los servicios hoteleros quedaría en 5% y no en una tarifa del 16%, como estaba previsto.

Adicional a esto, el impuesto de renta para personas naturales (Impuesto Mínimo Alternativo Nacional, IMAN) empezará a aplicarse a los ingresos que parten desde $3’750.000 al mes. Esto significa pagar $45.000 anuales por este concepto. La tabla original proponía que este impuesto se aplicaría para sueldos mensuales desde $2’300.000. Por esta vía, el Gobierno aspira a corregir buena parte de la inequidad del sistema tributario.

Con relación a las tarifas del IVA, el Congreso decidió que éstas fueran simplificadas de siete a tres (0,5 y 16%). Además, se aprobó una remuneración mensual de un salario mínimo para las madres comunitarias a partir de 2013. El ICBF busca formalizarlas totalmente desde 2014.

Dentro del articulado se aprobó también que los aportes a las cuentas AFC para el fomento de la construcción se limite a 3.800 UVT (cerca de $100 millones). Actualmente no tenían límite y fueron criticados por destinarse a financiar proyectos de lujo.

Tomado de: elnuevosiglo.com.co