Los representantes de más de 100 compañías, entre ellas Shell, BHP Billiton y BP, fueron algunos de los 6.000 delegados del Congreso Mundial de Parques de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), un foro mundial que se realiza una vez cada década para revisar la condición y la administración de las áreas protegidas del mundo.

Escucharon cómo la destrucción del hábitat había llevado a la extinción de la tijereta más grande del mundo y la de un molusco de Malasia, cuya desaparición amenaza la supervivencia del atún de aleta azul del Pacífico y el pez globo chino. La caza de animales en África amenaza la prosperidad de algunos países donde el cambio climático se considera el reto más grande a la biodiversidad.

El que tantas compañías estén involucradas en la reunión de Sídney genera un agudo contraste con la última conferencia IUCN en Durban, en 2003, donde sólo estuvieron presentes unas pocas. “Se ha producido un enorme cambio cultural”, dijo Anthony Hodge, presidente del Consejo Internacional de Minería y Metales (CIMM). “Hace diez años las compañías no estaban muy motivadas para venir a la conferencia, pero ahora hay un diálogo abierto y mucho más constructivo”.

El CIMM representa 21 de las compañías más grandes de minería en el mundo, que han hecho el compromiso de no minar en las áreas protegidas por el patrimonio nacional. Dice que se están dando cuenta de que colaborar con las comunidades es clave para el éxito de un proyecto y llamaron la atención sobre el hecho de que tres proyectos en América Latina, que representan de US$15.000 millones a US$20.000 millones, entre ellos uno de la minera Barrick Gold Corporation, están detenidos por desacuerdos locales.

La presentación de Google incluyó una brillante cantidad de pequeños puntos rojos que llenaban los océanos del mundo. La compañía de tecnología se ha asociado con las compañías sin ánimo de lucro Sky Truth y Oceana para construir una herramienta de búsqueda satelital que monitoree la pesca ilegal. Entretanto, Yemen LNG recibió elogios cuando reportó que gastó US$45 millones construyendo “cortinas” para proteger los corales y creando una reserva marina.

“Nuestro principal motor es proteger el medio ambiente y cumplir con nuestra propia declaración”, dijo Bill Banner, gerente de seguridad, salud y medio ambiente de Yemen LNG. “No obstante, las compañías también deben considerar su reputación corporativa en temas como la biodiversidad”.

Tomado de: https://www.elespectador.com/noticias/economia/grandes-empresas-y-promesas-ambientales-articulo-528489