Los aguinaldos en navidad han sido una tradición en Colombia desde hace años y un motivo de acercamiento entre familiares y amigos, que solo tienen lugar en esta temporada. Algunos atribuyen su origen a los españoles, quienes introdujeron estas y otras costumbres en nuestra cultura. Los más conocidos: el sí y el no, pajita en boca, preguntar y no responder, beso robado, etc. Sin embargo y dado que a final de año, se incrementa la demanda por consumo de bienes y servicios, junto con el nivel de ingreso de las personas, pareciera que un nuevo aguinaldo fuera el de gastar y no ahorrar, lo que ocasiona una sensación de bienestar en el momento del gasto, es usualmente un dolor de cabeza a inicios del nuevo año, en donde llegan las cuentas de cobro y escasea el dinero por causa de la mala administración del mismo en diciembre.


No pierda el control con la prima salarial

Además de la tentación de hacer compras en navidad, por la época en sí, la costumbre de dar regalos a los familiares y amigos y por la agresividad de las campañas publicitarias, un factor determinante en el incremento del consumo es el recibir primas salariales y en algunos casos, pago por concepto de vacaciones. Ver más dinero consignado en la cuenta de ahorros en una tentación para la mayoría de personas y es bastante común, “antojarse” de comprar algunos productos que incluso podemos no necesitar del todo. Y esto no está del todo mal. Está bien darse gusto y querer complacer a las personas que queremos, es en parte un merecido premio al trabajo y el esfuerzo de un año laboral. Pero no se exceda.

La primera recomendación al respecto, para que pueda darse gusto sin sentirse culpable, es hacer una lista de los gastos de diciembre y enero y tratar de pagarlos en lo posible o al menos, apartar el dinero para cubrirlos. Asegúrese de no tener la posibilidad de gastar ese monto y si es necesario guárdela en un lugar seguro.

Lo segundo es hacer un presupuesto con los gastos en que incurrirá y la lista de regalos que entregará, revisando los valores de cada uno y tratando de encontrar la mejor opción comparando el precio y la calidad de los artículos. Lo ideal sería comprar sus regalos meses antes de diciembre, en donde los precios suben y hay escasez de algunos productos, así como mayor afluencia de personas en la mayoría de centros comerciales y establecimientos. No acostumbre a sus seres queridos (ni se acostumbre usted), al hecho de que navidad sin regalos no es navidad. Dese gusto con responsabilidad y trate de darle más importancia a lo que representa esta temporada. Esta es entre otras, una alternativa adecuada para que los niños desde su temprana edad adquieran los mejores hábitos de finanzas personales.

En tercer lugar, piense que compartir con su familia, una buena cena y excelentes momentos pueden valer mucho más que la simple entrega de obsequios y nunca compre solo por comprar. Puede estar gastando dinero en exceso en artículos que no son del total agrado de quien lo está recibiendo. ¿Alguna vez ha regalado, por ejemplo, un saco a algún familiar y nunca se lo ha visto puesto? Tal vez lo cambió o lo regaló a alguien más, aunque no siempre lo reconozca. Si no está seguro de lo que en verdad quiere una persona y cuenta con la información de tallas, gustos y demás, prefiera dar bonos o ir directamente con la persona a comprar el regalo.

Por último, ahorre una parte del ingreso que recibirá en diciembre, incluso antes de destinar su presupuesto para compras y gastos navideños. Al menos debería ahorrar el 30% de lo que recibe. Puede dejarlo en su cuenta de ahorros, abrir un CDT (si el monto es suficiente), ahorrarlo en pensiones voluntarias o simplemente no emplear este dinero para que al iniciar el año, tenga un remanente que le permita empezar el año con buena energía pero además con sus finanzas sanas. En vez de jugar al aguinaldo de “gastar y no ahorrar”, juegue al de “gastar y no despilfarrar”.

Tomado de: finanzaspersonales.com.co